Con el objetivo de sensibilizar a la opinión pública sobre el agotamiento de esta zona de la estratosfera terrestre, que absorbe cerca del 97% de la radiación ultravioleta emanada del sol, la Organización de las Naciones Unidas determinó que cada 16 de septiembre de cada año se celebraría el Día Internacional de Preservación de la Capa de Ozono.
La organización se ha visto en la necesidad de generar en la población de todo el mundo conciencia acerca de este problema ambiental que afecta cada minuto la vida de la tierra y la de sus habitantes.
La capa de ozono es una capa frágil de gas que protege a la Tierra de la parte nociva de los rayos solares y por consiguiente ayuda a preservar la vida del planeta, pero esta se ha visto muy afectada en los últimos tiempos y la mayor parte del daño es por causa de la mano humana.
Dentro de algunos de los factores que inciden en su deterioro se encuentran elementos químicos llamados clorofluocarbonos que son utilizados en aerosoles, lacas, desodorantes, insecticidas, pinturas, sistemas de aire acondicionado, espumas sintéticas y frigoríficos.
Estos factores pueden llegar a dañar en gran medida a la capa de ozono, permaneciendo en ella durante más de cien años, moviéndose despacio y liberando así cloro que destruye a la misma.
Pero no solo la capa de ozono sufre las consecuencias, los humanos también se ven afectados ya que pueden presentarse en ellos enfermedades de la piel y de los ojos.
De igual forma la vida animal y vegetal del mundo, y todos aquellos seres que constituyen la base de la red alimentaria.
En consecuencia, se ha destinado esta fecha para que la humanidad haga conciencia sobre el daño casi irreversibles a esta parte del planeta tan necesaria para la sostenibilidad de la vida humana.