El 27 de junio de 1969 la Selección Nacional de Honduras se enfrentaba a El Salvador en el Estadio Azteca, esto en el tercer partido de su respectiva llave en las eliminatorias rumbo al Mundial de México 1970.
¿Por qué era el tercer encuentro?
Bueno, en un principio eran dos partidos, uno de ida y otro de vuelta, pero antes la diferencia de goles no era tomada en cuenta como un criterio de desempate, así que se tuvo que realizar un duelo extra, y fue ahí donde los salvadoreños lograron clasificar a la ronda final, en la cual vencieron a Haití para llegar a su primera Copa del Mundo.
8 de junio de 1969 (Tegucigalpa)
Honduras 1-0 El Salvador
15 de junio de 1969 (San Salvador)
El Salvador 3-0 Honduras
27 de junio de 1969 (México)
Honduras 2-3 El Salvador
Hasta aquí todo está dentro de lo normal, sin embargo aquellos juegos se desarrollaron en medio de un conflicto político-militar, el cual ha sido mal llamado como “Guerra del Fútbol”.
Hoy se cumplen 50 años de aquel partido en tierras mexicanas, y aprovechando el momento nos pusimos en comunicación con José Fernando el “Azulejo” Bulnes, quien jugó con la “H” en aquellos tres enfrentamientos ante El Salvador.
Lo llamé y consulté: ¿Con Fernando el “Azulejo” Bulnes?
“No hay otro, solo el hijo (risas)”, contestó.
Usted encaró aquellos juegos con 23 años de edad… ¿En realidad fue una “Guerra del Fútbol” como se menciona en muchas partes?
“No, para nada, la titularon así, pero eso no fue así. Yo viví todo ello, a ese polaco (Ryszard Kapuściński) que escribió la historia lo he desmentido en muchas ocasiones, y aprovecho el momento para volver a hacerlo. La guerra no fue por el fútbol, eso es mentira”.
NOTA: La verdadera razón del conflicto se dio por la reforma agraria que afectaba a campesinos inmigrantes salvadoreños en Honduras, las políticas migratorias y el excedente de mano de obra.
¿Les afectó a ustedes como Selección todo lo que se hablaba entorno a la guerra?
“No, no nos afectó, nosotros estábamos concentrados en los partidos, habíamos adquirido un compromiso y estábamos enfocados en ello, pelear por clasificar a la Copa del Mundo. Lo primero era ganar en casa y lo logramos, luego caímos en El Salvador, pero aquel partido en San Salvador tenía un ambiente distinto”.
¿Un ambiente distinto? ¿Por qué?
“Ya estaba la inestabilidad de la gente en El Salvador. Oswaldo López Arellano (Presidente de Honduras en aquel entonces) habló con gente de El Salvador para que le garantizara la seguridad de nosotros y de los aficionados, pero era complejo, porque algunos nos trataban bien y otros mal”.
¿Les tocó vivir alguna situación incómoda en El Salvador?
“Sí, muchas. El viernes en la noche nos quebraron los vidrios del hotel donde estábamos, y el sábado ya tomamos otras medidas. Nos recomendaron salir en ‘shorts’ y con una toalla para hacerle creer a la gente que íbamos a bañar, pero era para perder a quienes nos seguían; luego en pares nos quedamos con diferentes familias para pasar la noche”.
¿Cómo era la relación entre jugadores hondureños y salvadoreños?
“Era normal, era una relación de amigos, somos hermanos y nadie hablaba de todo lo que estaba sucediendo. Ninguno guardó rencor, ni siquiera en lo deportivo, todo se dio con normalidad”.
¿Cree que el entorno les agregó una mayor responsabilidad; principalmente en el partido jugado en el Azteca?
“No, eso ya estaba planificado por los políticos, así que no, nosotros no teníamos nada que ver con eso. Lo nuestro era un proceso, y lo hacíamos siempre por el país, incluso en su momento nos tocó comprar petate y cobijas para dormir en Valle de Ángeles, no podíamos tener más responsabilidad, nunca anduvimos detrás de un Lempira, siempre lo dimos todo por la camiseta”.
Agradecemos a José Fernando el “Azulejo” Bulnes por atender nuestra llamada y por contarnos su versión de los hechos, siendo uno de los protagonistas de aquella llave eliminatoria rumbo al Mundial de México 1970.