“Mi abuelo siempre decía que el mejor regalo era la salud, y yo sonreía sabiendo que el mejor regalo era mi abuelo”
Algunas veces la vida te da el placer de disfrutar a tus seres queridos por mucho tiempo, solemos decir “Ojalá nuestros abuelos fueran eternos”, y esperamos de todo corazón que nuestras plegarias sean escuchadas y los podamos conservar por interminables años.
Algunas veces ocurre y nos permite tenerlos a nuestro lado por un siglo entero, como pasa con Don Bernardino Padilla, un señor de 100 años que recibió un reconocimiento por su longevidad, evento que se llevó a cabo en la feria de Ajuterique, Comayagua, hace algunas semanas.
Don Bernardino es amante de la música de marimba y en su juventud le encantaba la carpintería, realizando la elaboración de objetos típicos para sus nietos, quienes recuerdan los trompos y los rifles de madera que el abuelo les hacía.
La vida no siempre ha sido fácil para el abuelo Padilla, pues a los doce años la vida le arrebató a su padre, dejándolo solo con mamá. Desde pequeño tuvo que aprender a trabajar la tierra y a sobrevivir por su cuenta.
Más tarde su tío político le enseñaría todo lo que ahora Don Bernardino sabe. En la juventud llegó el amor y fue Rosalina Núñez quien le robó el corazón, dejando un legado de 9 hijos; más tarde aparecerían 31 nietos y por ahora la familia ha incrementado con 43 bisnietos y 10 tataranietos.
Un día decidió que construiría su propia casa y lo hizo en el mismo pueblo que lo vio crecer. Fue una de las primeras personas en elaborar su propia casa en este municipio.
Tanto esfuerzo finalmente tuvo su recompensa y por su gran conocimiento y lealtad fue elegido como alcalde del Municipio de Ajuterique en los tiempos de Villeda Morales, por el Partido Liberal de Honduras.
La familia Padilla tiene una hermosa costumbre que es digna de recalcar; cada año le celebran el cumpleaños al abuelo, se reúnen todos en la casa de él y celebran un año más de su vida, se sientan a contar anécdotas del pasado que Don Bernardino escucha en sus momentos de lucidez. Tristemente ahora le cuesta concentrarse pues padece de Alzheimer y tiene problemas debido a que se quebró el fémur.
A pesar de ello su presencia llena el corazón de la familia y declaran que siempre ha sido un hombre amoroso. A su lado siempre están dos de sus hijas; Glenda Mercedes y Dania Rosario, sus nietas; Glenda Fabiola, Katia Marely y Sandy Marissa, sus dos bisnietas; Any Sophia y Dara Lucía, y su yerno Allan Canales, quienes cuidan cada día de aquel hombre que un día luchó con todas sus fuerzas para sacar adelante a la familia Padilla.
“Bello mi viejito, la verdad que es una bendición para nosotros como familia tenerlo, él es un orgullo para nosotros los Padilla-Núñez”, comentó su nieta Fabiola Suazo
Orgullosos estamos en Honduras de tener a personas tan increíbles que cuentan miles de historias y que cumplen décadas haciendo felices a quienes los rodean.
Felicidades Don Bernardino