Martes, 7 de mayo del 2019…
Esa será una fecha que pasará a la historia del fútbol, pues en Anfield se ha vivido algo impensable, algo que solo un equipo como el Liverpool podía lograr, y así sucedió.
En la ida por las semifinales de la UEFA Champions League habían caído 3-0 ante el FC Barcelona en el Camp Nou, y en la vuelta tenían todo en su contra, pero aún así se aferraron a un milagro.
Llegaban con las bajas de Naby Keita, Roberto Firminho y Mohamed Salah. El panorama se miraba oscuro, pero desde la gradería surgió la esperanza, y era un hecho; pasara lo que pasara en este duelo definitivamente los de casa no caminarían solos.
Y sucedió. En base a un buen partido de fútbol el Liverpool derrotó 4-0 al Barcelona, clasificándose a la gran final de la UEFA Champions League con un global de 4-3 a su favor.
Hoy, un día después de ese “Milagro de Anfield”, nos preguntamos:
¿Qué sucedió?
Se pueden decir muchas cosas al respecto, pero no hay que quebrarnos la cabeza. Sencillo, en este momento el Liverpool es más EQUIPO que el Barcelona, y no lo digo solo por decir, sino que eso quedó demostrado en ambos duelos de la serie.
Los “Reds” le dieron a los culé un baño de fútbol como hace mucho tiempo no se lo había dado nadie, y más allá de los errores que se pudieron cometer en el partido, la realidad es que los españoles fueron inferiores.
Además, no fue un accidente. Solo recuerden visitas recientes del Barcelona como el 4-0 que sufrieron ante el París Saint-Germain, el 3-0 ante la Juventus y la Roma, y el 4-0 de ahora ante el Liverpool, siendo este un balance negativo de 14-0 en contra.
El Barcelona ahora debe encarar sus problemas, preguntarse por qué sufrió algo similar a lo de la Roma en la temporada pasada y buscar remediar pensando en el futuro, mientras que los dirigidos por Jürgen Klopp se ilusionan con la gloria más grande que se pudieron haber imaginado.
En fin, en definitiva lo que se vivió este martes fue una “Noche Mágica” en el fútbol europeo, algo que pocos creían posible, pero sucedió, dejando claro que en el fútbol no hay nada escrito.