“El que ama la lectura tiene todo a su alcance” – William Wodwin
En los caminitos empedrados del Parque Central encontramos historias por doquier, miramos a la izquierda y ahí justo va una historia, derecha, también otra historia. Si pudiéramos tan solo pararnos a platicar con cada persona que lleva consigo cada anécdota de su vida personal, seguro veríamos la vida con mayor significado, con mayor amor y felicidad, pues caras vemos, pero cargas emocionales no sabemos.
“Cada persona que ves está luchando una batalla de la que tú no sabes nada. Sé amable siempre”
Jenny Cáceres es una de esas personas, trabajadoras y luchadoras. Se levanta de madrugada para salir desde la San Miguel hasta el Centro y abrir el pequeño negocio en el que trabaja, un negocio de cientos de libros. Nos contó que inició en el quiosco debido a la influencia de su padre quien amaba la lectura, llenó su casa de esas reliquias y murió feliz, contento detrás de las letras que encontró en cada página.
El tesoro de don Will quedó en manos de Jenny, ella decidió vincularse al puesto de prensa en el Centro y compartir esas historias con las demás personas, vendiéndolos a precios demasiado cómodos. Si vas ahí, encontrarás libros de 100 lempiras para abajo. Libros que usualmente valen 700 lempiras en otros lados. Solo es de buscar y encontrar.
Yo compré uno de misterio y terror que son los que más me gustan y me costó tan solo 60 lempiras y cuando lo abrí para iniciar la lectura me di cuenta del tesoro que encontré por las calles del Centro.
Vas a poder encontrar a Jenny en la entrada al Parque Central frente al Midence Soto, al lado de la estación de buses (que no debería estacionarse ahí, pero igual lo hacen) ella te va a recibir con una enorme sonrisa y te va a contar como llegó a tener esta cantidad de libros legado de su padre.
Además de encontrar libros internacionales también verás de nuestros escritores hondureños que han sido expertos para contar historias.
Visiten lo nuestro, consuman lo nuestro, ayuden a los nuestros. Vayan al Parque Central y cómprense un libro, cualquiera que sea les va a dejar siempre una gran lección.