¿A dónde va la vida cuando se detiene? – Charles Bukowski
Y si solo tuvieras un minuto para despedirte, ¿De quién te acordarías? ¿A quién tendrías en tu último pensamiento? Al amor de tu vida, a tu familia o algún amigo… ¿A quién?
Para Josh Pinkard fue una elección bastante fácil…
Hace poco se vivió una terrible masacre en una empresa industrial en Chicago, Estados Unidos. Un hombre disparó despiadadamente a 5 trabajadores de la organización matándolos en el acto: El gerente de planta, el gerente de recursos humanos, un trabajador que estaba en su primer día en el almacén de manufactura suburbano de Chicago y dos trabajadores externos.
El agresor conocido como Gary Martin perdió la cordura al ser despedido de su trabajo el pasado viernes en la empresa Henry Pratt Co en Aurora, después de 15 años laborando para dicha organización. Martin también hirió a 5 oficiales que trataban de controlar la situación.
Se acuerdan el gerente de planta que les conté que terminó perdiendo la vida, se llamaba Josh Pinkard de 37 años, tenía una familia esperándolo en casa. Cuentan los investigadores que antes de dar el último respiro se acordó de la mujer que más amaba, su esposa, Terra Pinkard, a la que le envió un mensaje, el último mensaje.
“Te amo, me han disparado en el trabajo”
Le siguió el silencio.
Terra desesperada le hizo cientos de llamadas luego al darse cuenta del incidente que había ocurrido dentro de la empresa, no recibió ninguna respuesta.
“Por supuesto que mi corazón cayó” dijo Terra a los oficiales.
En su último suspiro encontró la claridad mental para enviar un mensaje de despedida. Un hasta pronto para la mujer que siempre había amado. Así sin más dejo un vacío en su familia, al igual que las otras cuatro personas que perdieron la vida en el fatal acto.
La vida nos cambia en un segundo, un día estamos, al siguiente ya no, lo único que nos queda es demostrar el amor que sentimos por esas personas que siempre han estado a nuestro lado porque no sabemos si un día será demasiado tarde para que nos escuchen decirles.
Fuente: Nzherald