Es el aroma el que te lleva a comedor Blanquita, porque a una distancia prudente ya podés sentir y disfrutar el deliciosa sazón de la comida que venden en este comedor ubicado en el mercado Los Dolores.
Hemos preparado una serie de entrevistas y reportajes en honor a todas las mujeres hondureñas, adelantándonos al 25 de enero, mujeres que han luchado arduamente por cumplir sus metas y no aceptan un no por respuesta. ¡Gracias a todas!
La historia detrás de una gran mujer que, a pesar de tenerla difícil en la vida, pero realmente difícil, salió por allí con la frente en alto, buscándole a la vida y sabiendo que quedarse estancada no sería una opción. Doña Blanca Reyes inició vendiendo comida en la calle, con cinco hijos que mantener sin ayuda de nadie, supo que tenía que salir adelante.
Qué impresionante es el poder de una mamá, quienes hacen hasta lo imposible por no dejar a sus hijos de la mano, para darles educación y futuro con el que ellas jamás hubiesen siquiera soñado. Ese amor tan puro y leal llevó a esta gran emprendedora a posicionarse luego de muchísimos años como un lugar de comidas al que tenemos que visitar, tenemos que disfrutar y aprovechar sus exquisitos precios.
¿Cómo inició emprendiendo?
Yo vengo de pueblo, me vine a trabajar a la ciudad. Me tocó trabajar duro. Comencé en la calle vendiendo café con pan desde los 17 años. Fue difícil porque no podía hacer ni tortillas, pero tuve que aprender si quería salir adelante.
¿Cómo salió adelante en esos años tan duros?
Cada día me proponía metas, no me quería quedar así en la calle vendiendo porque no aguantaba el sol, la fatiga, el andar caminando, saber que tenía que yo ir a buscar a las personas, no que el dinero me buscara a mí. Yo le pedí a Dios que me ubicara, él empezó a hacer la obra.
¿Qué vendía por esos días?
Vendía café con pan y te de zacate de limón.
¿Desde qué año inició emprendiendo?
En 1985 en la Plaza Los Dolores.
¿Cómo ha sido la reacción de los clientes?
El tiempo que hemos estado aquí son los clientes que me siguen porque siempre mantenemos la sazón de la abuela. Doña Blanquita es por el toque que tenemos, viene de los ancestros.
¿Cuál es la especialidad de la casa?
La especialidad es la lengua y el mondongo. Hacemos 8 clases de sopas y 13 clases de comidas, baleadas desde 10 lempiras hasta 55, esa de 55 lempiras se llama la mega furiosa, tiene que venir con mucha hambre para comérsela. Lleva todo tipo de carnes.
¿Cómo definiría a la mujer de Honduras?
Es una mujer emprendedora, con visión. Si uno no lo sabe uno lo puede hacer. La palabra no puedo no lo acepto en mi vida.
¿Quién ha sido su inspiración?
Dios, poderle cambiar la vida a las otras personas, motivar a la mujer que sí se puede. Que no se dejen cuando un hombre las abandona porque nosotras tenemos un gran potencial.
¿Ha tenido momentos difíciles?
Es una lucha diaria, de repente hay más compromiso, las ventas bajas, pero allí en un momento que uno piensa que es el último respiro que tenemos, Dios nos ayuda y recompensa.
¿Quiénes trabajan en su negocio?
Tengo 8 hijos, 10 nietos y 2 bisnietos, el lugar se ha hecho familiar, porque trabajan los hijos, yernos, esposos.
¿Cuál ha sido su momento más feliz?
Cuando me casé y que mis hijos se pudieran graduar.
¿Dónde se ve dentro de cinco años?
Pienso que este es un legado, de repente quiero tener un retiro. Para ver los frutos del trabajo que hacemos.
¿Cuáles son los horarios del local?
El local está abierto desde las 6 de la mañana a las 4 de la tarde, de lunes a domingo.
Finalmente, Doña Blanquita nos hace una invitación para ir a disfrutar un rato agradable en cita con la comida.
“Les digo a los clientes, amigos y a los que todavía no han visitado comedor blanquita que puedan venir y que no solo es lo que la gente dice si no saber que lo que decimos es cierto, que disfruten desde una baleada de 10 lempiras hasta un plato especial”
Doña Blanca se define a sí misma como una mujer emprendedora
Mujeres que no tienen la frase “NO PUEDO” en su vocabulario son un tesoro, son maravillosa y es necesario que lo sepan. Gracias Doña Blanquita por enseñarnos el verdadero significado del esfuerzo.
¡Feliz Día de la Mujer!
