¡Qué bonito es despertar siendo campeones! Como es de sufrido este deporte, cuanta paciencia requiere y esa perseverancia para salir a dar la cara por todo un país, que no me vengan a decir a mí que el fútbol solo es un deporte porque en mi corta edad he visto más personas unidas por este que por cualquier otra cosa, esta vez le llegó un bonito regalo de Navidad al River Plate y fue llevarse la Copa Libertadores a casa.
Tanto macaneo fue el que sufrimos todos los aficionados del deporte argentino para poder ver por fin la final de la Copa Libertadores, pasaron demasiadas trabas para que el duelo llegará, desde querer ganar la copa en la mesa, hasta también no saber dónde se iba a jugar, la hora y mil cosas más.
Después de tanta indecisión se definió que el duelo seria para el 09 de diciembre, ayer. Los 22 jugadores que habían estado involucrados en el ojo del huracán de la polémica se jugaron la vida en el Santiago Bernabeu.
Un estadio lleno de personajes importantes en el ámbito deportivo que hicieron acto de presencia, como ser; Lionel Messi, Paulo Dybala, Diego Simeone, Jordi Alba, entre otros. Un solo contundente ganador dejó la Copa después de tanto.
Y no podía faltar la hinchada argentina que voló hasta España para ir a apoyar a sus equipos. El duelo inició con un Boca mucho mejor al ataque, listo para cazar el primer tanto de la tarde. Minuto 43 y Boca se ponía arriba con gol de Benedetto pero era al 67 del segundo tiempo que se empataba el duelo con tanto de Pratto.
Con la igualdad numérica se venía el tiempo del alargue, el River insistía por el segundo que llegaría a manos de Quintero en tiempo agregado, a los 3 minutos del segundo tiempo de alargue se ponían a ganar 2-1 con un golazo que nos dejaba con la boca abierta.
Minuto 121, River anotaba su tercer gol tras un contragolpe letal, Martínez cerraba el telón para esta fiesta que los millonarios disfrutaba después de la final más larga en la historia del fútbol.
Los jugadores del River Plate tuvieron un bonito gesto con su entrenador Marcelo Gallardo, ofreciéndole la copa para ser levantada por todos juntos, el papelazo anímico con el que influyó el Director Técnico de los millonarios fue totalmente admirable y su actitud final para saludar a su equipo contrario, ejemplar.
Felicitar al merecido campeón, hoy toca disfrutar con el alma este campeonato que costó muchísimo, grandísimo River Plate.