La madre naturaleza puede ser brutal y nos tocó experimentarlo a los hondureños, que en 1998 vivimos el huracán que marcaría catastróficamente la historia de Honduras.
El huracán Mitch fue uno de los ciclones tropicales más mortales que se han registrado en la historia de Centroamérica y nos tocó a los hondureños y nicaragüenses lidiar con el mismísimo ojo del huracán.
Las lluvias constantes, seguidas de las potentes inundaciones en un país que no tenía la infraestructura para soportar un ciclón de esta magnitud, le llevó a Honduras la muerte de miles de personas. Cerca de 11,000 fallecidos e incontables personas desaparecidas, también y menos importantes, pérdidas millonarias con estimados de 5 mil millones de dólares.
Los relatos de los damnificados nos dan una pequeña visión del infierno que se desarrolló entre finales de octubre hasta mediados de noviembre del 98, la violenta tormenta azotó a Honduras por dos semanas enteras, arrasando todo a su paso; El colapso de puentes, la pérdida de casas y automóviles no era nada comparado a las perdidas humanas que se vivieron, “Un día Dios me lo dio” lloraba uno de los afectados al enterrar a su hijo fallecido por el huracán, suceso que será recordado como una de las catástrofes más grandes a nivel mundial.
Veinte años más tarde, afirman que Honduras no resistiría un desastre tan mortífero una vez más. El país colapsaría.
Honduras no olvida la tragedia, llevamos en nuestro corazón a aquellos que perdimos y seguiremos contando como fue que Honduras se unió para ayudar a aquellos que más lo necesitaban.
¡Hoy 28 de octubre del 2018, Honduras recuerda!