El fútbol tiene miles y miles de historias por contar, las cuales no solo están en presente en el balompié profesional, sino también en los lugares menos pensados y con los protagonistas más inocentes que podamos encontrar.
Y es que no importa el nivel social ni nada por el estilo, el rodar del balón es el mismo latir de alguien que juega en el Camp Nou o el Santiago Bernabéu, como de alguien que lo hace con un saco como uniforme en Santa Bárbara, Honduras.
¿Recuerdan al Rapaco FC?
Sí, hablamos de aquel equipo de niños de Santa Bárbara que hace casi dos años no contaba con el dinero necesario para tener un uniforme, y por lo tanto se las arreglaban con sacos de mezcal, tal y como queda demostrado en la imagen.
Aquel club del norte del país se hizo viral, y gracias a las publicaciones hechas en RadioHouse.hn por Hermann Ruiz Kattan lograron contar con el apoyo de diferentes sectores, recibiendo uniformes, tacos e incluso balones, algo que ha aportado grandemente en su crecimiento.
De aquellos niños que jugaban con sacos hoy podemos contar que son TRICAMPEONES, dejando claro que con la ayuda necesaria nuestro fútbol podría tomar un rumbo diferente al que se vive.
¡Saludos, José Luis (Técnico del Rapaco FC)! ¿Qué tal, cómo han estado los niños en todo este tiempo?
“¡Hola! Pues déjeme contarle que somos tricampeones, hemos quedado campeones dos veces en categoría U-12 en el año 2016 y 2017. Y ahorita en 2018 somos campeones en U-14. Lo mejor de todo es que mantenemos a los 20 niños del 2016, pero abajo ya viene trabajando otro grupito de niños de 8 y 10 años de edad”.
¡Epa! No cualquiera es tricampeón, así que felicidades, pero cuénteme… ¿Cuál es la clave para ser tan superiores a sus rivales?
“Definitivamente la actitud, y tengo que mencionarle que la actitud y la moral de los niños cambió desde que dejaron los sacos de mezcal por los uniformes y los tacos nuevos, se desempeñan mejor en las prácticas y en los partidos”.
Me imagino que el proceso debe seguir, pero: ¿Cuál es el objetivo principal por el que trabajan?
“Lo hacemos para que los niños se diviertan, pero en el Rapaco FC siempre hemos tenido una meta, y esta es que algún día podamos ver al menos a uno de nuestro niños jugando en un equipo de Primera División, eso sería muy bueno, pero lamentablemente las necesidades siguen apareciendo”.
¿Con qué dificultades se encuentran en la actualidad?
“Acá en nuestra zona rural ningún empresario se interesa por el fútbol, solo lo hacemos los menos pudientes. Después de lo que pasó en el 2016 con el apoyo de muchas personas, ahorita estamos con la necesidad de 20 pares de tacos y balones de fútbol, pues los niños siguen en crecimiento”.
Me llama la atención la preocupación que muestra por estos niños, la pregunta es… ¿Por qué?
“Soy feliz. En lo personal el fútbol es mi vicio. Soy técnico nivel 1, tengo 23 años de trabajar con niños y con gusto seguiré como entrenador del Rapaco FC hasta que la muerte nos separe. Mi día más feliz más feliz con el equipo ha sido ver cuando recibieron ayuda con canastas familiares, mochilas con útiles, tacos y uniformes. Esos niños tuvieron su mejor día, se le reflejaba en su sonrisa”.
Y para terminar… ¿Cuál es el mensaje que siempre comparte con sus cipotes?
“Mis palabras para el equipo siempre son que sigan con la moral en alto, que cada partido lo jueguen con gallardía, que adopten una actitud positiva y que busquen divertirse, aunque claro, ganar es el principal objetivo”.
Sin duda alguna este equipo se ha robado el corazón de los amantes del fútbol en Honduras, y claro, cumplir ese sueño de que al menos uno llegue a Primera División sería espectacular, pero para ello necesitan apoyo, así como en su momento diferentes sectores se lo brindaron.
Los diputados Tomás Zambrano y Mario Pérez, Pollo Norteño, el Fondo Cafetero Nacional e IHCAFE brindaron su granito de arena a esta causa, y créanme, todo ha valido la pena.