Aquí no salimos de una para entrar a otra. Después de que se diera a conocer la noticia que dos jóvenes del Instituto Técnico Honduras (ITH) fueron raptados, torturados y ultimados a balazos por sujetos con indumentaria de la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC), a alguien se le ocurrió que unos niños desfilaran disfrazados de policías, militares e investigadores.
Uno de ellos con una metralleta en la mano.
Este tema se ha impuesto en la agenda noticiosa de todo el país tomando cada día más fuerza con el vídeo que anda circulando en redes sociales, donde ha generado la división de opiniones a pesar de que el portavoz de la ATIC, Jorge Galindo descartara que sean miembros de la institución.
Para varios, no hay duda que el Escuadrón de la Muerte REGRESÓ más violento que nunca, otros dicen que replicar los uniformes en Honduras es pan comido.
Resulta que, para terminarle de echar limón a la herida, ayer en los desfiles patrios infantiles una escuela llevaba un cuadro disfrazado por así decirlo de varias profesiones y entre ellos resaltaba un pequeño vestido de la ATIC.
Esto causó o desató la furia de toda Honduras o en su mayoría que hasta políticos salieron a dar su opinión, donde alegan que es irresponsabilidad, estupidez y sencillez de los padres de familia prestar un hijo para estas cosas, sabiendo lo que acaba de pasar.
Yo entiendo el contexto de todo lo que está pasando, donde se vive con la pregunta de ¿serán o no serán?, pero también estos actos son preparados con meses de anticipación, claro donde perfectamente se pudo quitar ese uniforme y problema resuelto, pero es bien difícil decirle a un niño usted ya no va a salir en este acto o al padre de familia mándele hacer otro traje.
¿Usted como padre de familia qué hubiera hecho?
