Cantidad, pero no calidad. En Honduras no hacemos cine aún; lo que hay son películas, que, en su mayoría, son malas.
Esperamos a que Vacaciones en el Sur ya no estuviera en las carteleras de los cines (en algunos apenas estuvo una semana), para hablar de la última producción “cinematográfica” del país.
Comencemos diciendo que es una comedia que no da risa. Eso lo dice todo.
Vacaciones en el Sur sigue el mismo corte de películas de comedia de mala calidad que comienzan mal, y terminan peor, porque su guión es flojo.
Un mal guión, una pésima película.
No tocaremos el tema de los actores/actrices, para no herir susceptibilidades. La culpa no es de ellos, sino de quienes los llevaron a alta mar y los tiraron sin chaleco salvavida.
Los que hacen película en Honduras no pueden esperar que sintamos lástima por el producto que entregan. Sí, valoramos el esfuerzo, pero eso no significa que vamos a tener que aplaudir aquello que es de mala calidad.
¿Apoyar lo nuestro? Vaya cantaleta para promocionar la mediocridad.
Mal producto, mala respuesta del público. Así es esto. No es nada personal.
¿Por qué tanta insistencia en hacer comedias baratas? ¿Por qué?
¿Por qué la insistencia de representar al hondureño como “jencho”, como maje, como dundo?
¿Acaso no saben que ya no hace gracia?
¡Ya basta! Los hondureños esperamos mucho más de guionistas, directores y productores.
Es tiempo que aquellos que se dedican a hacer cine en Honduras salgan de esa burbuja de engaño en la que viven, pues quieren hacernos creer que las cosas están bien basándose en la cantidad y no en la calidad.
Pero si nos van a seguir dando malas películas, mejor no hagan nada.
Ah, por cierto: HBO, sí, el gigante HBO, acaba de comprar la película salvadoreña La palabra de Pablo. Sí, leíste bien: SALVADOREÑA.
Aquí cerquita. Tal vez aprendemos de ellos.