A sus 26 años, Idania Hernández ha demostrado que es una verdadera guerrera, un ejemplo de vida y que no tiene límites.
Quizás es más feliz que usted o yo, y eso lo demuestra a diario en la empresa de juguetes de madera Tegu, ubicada en el Valle de Amarateca.
La vida le hizo una mala pasada a Idania ya que nació con una deformación en su columna que le impidió crecer. Tiene la estatura de un niño de nueve años.
“Por mi problema físico, nunca pensé que estaría trabajando en esta empresa, pero ellos –los dueños estadounidense de Tegu- confiaron en mi capacidad y me han tratado muy bien”, dice con alegría Hernández, quien vive en Támara con una tía.
“Mis compañeros me han tratado muy bien y ahora soy una más del grupo, me respetan y eso es importante”, aseguró.
Recordó con emoción que “un amigo me trajo a esta empresa, luego me entrevistaron y me contrataron inmediatamente”.
“Luchen por sus sueños”
Desde hace tres meses Idania trabaja en el área de logos de la fábrica de juguetes de madera magnética que opera en Honduras desde 2009.
La joven hondureña pone a diario el logo de Tegu en cada pieza de los juguetes infantiles que tiene como propósito de motivar la creatividad infantil.
“A las personas les mando un mensaje que luchen por sus sueños, sigan adelante, que por tener una discapacidad no se den por vencidos”.
“Nosotros (los discapacitados) podemos dar más que una persona que se considere normal”, aseguró la integrante de Tegu.
