Hay que darse una vuelta por la Villa Olímpica y por los distintos gimnasios públicos donde entrenan nuestros atletas. Da pena y vergüenza que los hondureños exijan medallas a los atletas.
Curiosamente he conocido el testimonio de personas como Miguel Ferrera, Kevin Mejía y Geovany Baca – medallista de bronce en los Juegos Panamericanos de Mar del Plata, Argentina 1995 – donde sus entrenamientos son a cuenta de ellos mismos, y esto se repite en la mayoría de los competidores hondureños.
El apoyo que reciben es mínimo y si consiguen patrocinadores, gimnasios y entrenadores privados es porque ellos mismos han logrado conseguirlo.
El peor enemigo de un hondureño, es otro hondureño; que le da rabia, enojo, alergia con picazón y dolor que los demás triunfen.
Los atletas que compiten en Juegos Centroamericanos, Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos y Torneos Internacionales es porque ellos consiguieron casi todo.
Necesitamos más inversión en deportes y salud, otra historia sería.
