Muchos creyeron que los transportistas le iban a decir que sí a la propuesta que les lanzó el gobierno: un descuento en bomba de 900 lempiras para los taxistas y 2 mil 550 lempiras para los buses al momento de llenar el tanque.
Si hubieran aceptado, eso significaba que solamente estaban peleando por sus propios intereses. Pero resulta que dijeron que NO y demostraron que no se vendieron, como algunos andaban diciendo por allí.
Esta es la carta que los transportistas hicieron llegar al gobierno.