“Que un sistema educativo sea laico no significa formar niños sin valores”

Ángel Darío Banegas es uno de los caricaturistas más críticos que hay en Honduras. También es diputado y presidente de la Comisión de Educación del Congreso Nacional que le dará forma la iniciativa presentada por Tomás Zambrano (secretario del Poder Legislativo), para que se lea la Biblia en las escuelas.  La semana pasada, Banegas se reunió con representantes de la iglesia Católica, Confraternidad Evangélica y dirigentes magisteriales para escuchar ideas y propuestas y darle forma a este proyecto que tiene como objetivo inculcar los valores en los estudiantes.

¿A usted le parece que se lea la Biblia en las escuelas?

Claro que sí. Necesitamos revisar los contenidos de los valores como eje trasversal de todo el sistema educativo nacional, a partir de allí sabremos que no haremos ningún daño a la vida de la juventud del país o a nuestra Constitución al enseñarle a los niños que es una verdad eterna el “No matarás”; “No robarás”; “No mentiras”; “El que serás un juez justo”, “un político decente y un ciudadano ejemplar”.

¿Cómo tienen contemplado introducir la lectura de la Biblia en las escuelas?

¿Cómo lo haremos? Todavía es muy temprano para responder eso, porque vamos a entrar en los temas grandes y luego a lo logístico. Puede ser a través de la lectura diaria de la Biblia o por medio de un libro de valores y virtudes que sean el eje trasversal de todas las materias.

La Constitución de la Republica dicta que la educación es laica y no vamos a convertir a la escuela en iglesia, ni al maestro en predicador. Pero entendiendo que estamos olvidando que educamos a la generación que se le olvidó decir por favor, gracias, permiso, buenos días o buenas noches.

¿Eso no se prestará para que las iglesias lleven “agua a su molino”?

No, verlo así es tener una visión mezquina y reduccionista de lo que queremos hacer. Lo que buscamos es un maestro, la mañana de un lunes, se pare frente a los muchachos, por ejemplo, a decirles que “hay diez mandamientos y que uno fundamenta es ‘No robarás”. ¿Qué tiene de proselitismo eso? Lo que sí tiene es un peso fundamental en la vida del niño, uno que crecerá sabiendo eso.

El problema es que nosotros indujéramos a los niños a una religión y no estamos haciendo eso, la verdad de Dios es eterna y no es religión, mucho menos está encapsulada en el rótulo de una iglesia.

¿Cuál fue la opinión de los maestros acerca de todo esto?

Encantados con la apertura que le ha dado la Comisión, contándonos las experiencias que han tenido con los muchachos, sus lamentos, de una escuela asediada por la criminalidad en los barrios, de una escuela con muchachos que no tienen un hogar donde los formen para que la escuela respalde aquella formación original.

Evidentemente las experiencias de los maestros han sido valiosas enriquecedoras y han abierto sus puertas, hemos tenido representación de cuatro colegios magisteriales para abrir una mesa de conversaciones que seguramente nos va a llevar a tener un producto valioso y esperamos nosotros que sea trasformados para la educación del país.

¿Cómo hacerles comprender al sector que se alarma cuando escucha a Dios y el Estado en una misma oración?

Que se despreocupen porque la educación en Honduras, dice la Constitución, es laica, pero que hagan un esfuerzo por entender este precepto: “Ser parte de un sistema educativo laico no significa ser una persona sin valores, que se pone de espaldas a Dios o que Honduras es una sociedad por decreto atea”.

Que la educación sea laica significa que los programas educativos y lo que se enseñe en clase, no conlleve a que todos se hagan católicos, evangélicos, mormones, adventistas, o de otra religión.

No se trata de eso, un Estado laico significa que no obliga a sus habitantes a pertenecer a una confesión religiosa. El Estado sigue siendo laico.

¿Esto ya se podría poner en marcha para el 2019?

Podríamos pensar eso o que nos pueda llevar más tiempo de madurar las ideas también, de lo que se trata es de construir y eso lleva su tiempo, aunque nosotros esperamos que no sea mucho.