He visto como los aficionados del Marathón se quejan por los precios establecidos por los directivos del verde para la final del próximo sábado contra Motagua. ¡Vamos! Por 400 y 1000 Lempiras no podes dejar de ver el último partido de la temporada.
A parte, es seguro que los directivos de Marathón están compensando el hecho de no jugar en un estadio más grande, únicamente por respetar la solicitud de jugadores y cuerpo técnico de jugar en el Estadio Yankel Rosenthal, porque no tiene sentido tener su propio estadio y buscar la taquilla del año en un escenario como el Olímpico, donde probablemente sean más los motagüenses que los del verde.
El Yankel es el fortín de los dirigidos por Héctor Vargas y seguramente la cantidad de aficionados azules será muy poca, supongo; será nula.
Entonces, el verdadero sentido de jugar en ese estadio es para ganar el título empujados por la afición local.
¡No se queden en la casa, vayan a ver la final!
Es la primera vez que veo a una directiva a favor de ganar un título y no de ganarse una millonada con la taquilla.