“Los Diablitos”, según historiadores es la tradición más antigua que existe en Honduras, se realiza en la eterna Comayagua.
Los diablitos han existido durante 375 años en la ex capital del país. Durante el mes de febrero los divertidos personajes salen a caminar por las calles del pueblo.
No puedo negar que me siguen aterrando cada vez que los veo.
Esta tradición clavada en lo más profundo del folclore hondureño se resiste a morir. Los diablitos cuentan el martirio que vivió San Sebastián por las persecuciones del Imperio Romano. En otras palabras es la lucha entre los “Moros y los Cristianos”.
Los Moros vestidos con trajes blancos y negros y los segundos, atrevidos, imponentes, sarcásticos, con camisas y bombachas de colores, medias arriba de la rodilla y sandalias.
Según me contaba mi abuela, Estela Gaekel y mi papá, cuando su servidor era niño; uno de los perseguidores era Sebastián y comandaba uno de los grupos más fuertes, pero un día mientras caminaba, escuchó mensajes cristianos y se convirtió, pasando a ser de perseguidor a perseguido.
Lo amarraron en una columna de madera, lo torturaron, hasta terminar con su vida disparándole muchísimas flechas en su cuerpo.
Al morir Sebastián, inicia una guerra entre “Moros y Cristianos”; en medio de la batalla, el emperador romano Dioclesiano se abre paso entre los combatientes, conmovido, arrepentido por la muerte de Sebastián, toma el estandarte de los cristianos y termina la pelea.
Así, durante 375 años se cuenta de la mejor manera posible en la Comayagua eterna que tanto amo.
“Los Diablitos” en el atrio de la Catedral de Comayagua. (Vídeo de Julia Canales).