La verdad asoma y es contundente, los taxis tradicionales directos y colectivos sufren peligro de extinción por los taxis denominados VIP o radio taxis. ¿Por qué? Situación sencilla, porque en esos taxis vip no le ponen el balde y lo llevan sano, salvo y seguro a su destino.
He visto y escuchado muchísimas historias de compañeros de trabajo y de la otra oficina donde me cuentan que determinado número de taxi se mete por “X” o “Y” calle, sube varios individuos y le quitan hasta la ropa a los pobres usuarios de estas unidades.
Igual hay taxistas de colectivos y directos que son muy honestos y hasta ha sido noticia cuando devuelven dinero o pertenencias olvidadas a sus clientes.
No solo eso, en los buses parecen limosneros poniendo la gorra y las bolsas del súper para llenarlo de las pertenencias de estos usuarios de buses y busitos.
Desgraciadamente no todos tienen la capacidad económica de pagar un radio taxi o un taxi VIP y tienen que andar con el Jesús en la boca y a la buena de Dios.
El malestar es general, pero tarde o temprano, los taxis VIP se convertirán en la nueva modalidad de transporte. Es más rápido, más seguro y eso vale mucho en este país.
¿No creen?