El positivo por dopaje de Johnny Palacios seguramente no tiene nada que ver con la intención del jugador de decir: “Vamos a jugar la clasificación al mundial, me voy a echar nafazolina para mejorar mi rendimiento”.
En esta ocasión creo que si toca defender al jugador, porque el compuesto químico que estaba en su organismo es proveniente de las gotas oftálmicas. De hecho la FIFA ni se ha pronunciado sobre un posible castigo ya que abrió expediente para saber la manera que ingresó al cuerpo de Palacios dicha sustancia.
Pero el colmo de todos es los medios que se consideran lo mejor en deportes haciendo reportajes de todos los jugadores que han dado positivo por dopaje, son tan predecibles. ¡Una lástima!
Me parece una falta de respeto los comentarios de la gente refiriéndose a él como: “Drogo”, “paquete y drogo”, “no servís y te drogas”. Estamos muy a la defensiva y las frustraciones personales la sacamos en personas que tienen éxito o consiguieron lo que muchos no han podido.
Johnny quizá no sea del agrado de muchos por la forma de jugar, pero no es para lapidarlo y apedrearlo de esa manera.
En todo caso la responsabilidad es la del médico de la selección nacional que tenía que saber los compuestos que tienen los medicamentos utilizados por los futbolistas y las sustancias prohibidas por la FIFA, un desconocimiento del tema quizá, pero sin mala intención también.
Ya lo dijo el mismo jugador en conferencia de prensa, que tiene un año utilizando el medicamento para sus ojos.
Dejemos el odio, el racismo y la mala vibra de lado, no la conviertan en peste.