No cabe la menor duda que Jorge Montenegro marcó la infancia y adolescencia de miles de hondureños. Sus relatos radiales de Cuentos y Leyendas de Honduras son inolvidables.
Nos tomamos la tarea de preguntarle a algunas personas: ¿Qué recuerdan de los relatos radiales de Cuentos y Leyendas de Honduras? ¿Cuál es la historia que más miedo te dio?
Alberto Silva:
Lo que me llamaba poderosamente la atención que él de manera arcaica y sin tanta tecnología hacia los efectos en las historias que él mismo narraba.
Solo habían dos participantes: Jorge Montenegro y Tosta, no recuerdo su nombre. Es bueno destacar que él creaba la mayoría de sonidos que se utilizaban al momento de las grabaciones.
La historia del cadejo era la que más miedo me daba. Era cuando no había energía.
Alex Elvir:
Los recuerdos son muchos, sobre todo de la niñez. Cuando teníamos problemas de energía eléctrica nos daba mucho miedo escuchar esas historias a oscuras. La que más miedo me daba era la de “La Llorona”.
Alexander Carvajal:
¡Uy brother! La historia de “El Cadejo” era la que me hacía sufrir. Me causaba una buena noche de insomnio.
Las reuniones y tertulias eran en familia, recuerdo esta parte de mi infancia alrededor del radio escuchando a Don Jorge, era la época donde no había fluido eléctrico.
Ana Ivette Ruiz:
La que más miedo de daba era “La Sucia”. Escuchaba el programa con mi hermana, Carmen, y después no podíamos dormir por el miedo.
Carlos Garay:
Recuerdo que escuchaba a Jorge Montenegro con mi abuela. La historia que me daba miedo era la de “La Lechuza”. Cada vez que había un recién nacido en mi familia, mi abuela ponía las tijeras abiertas.
Edgardo Tercero:
¡Maaaan! A mí me daba miedo porque escuchábamos esas historias en la época de los apagones. Ponía aquellos radios negritos de baterías.
La historia que más me daba miedo era la de la mujer que se convertía en culebra.
Gina Arita:
Desde pequeña mi mamá nos ponía las historias de Don Jorge en la radio. Era de noche y siempre me daba miedo, después no podía dormir.
El cuento que más me aterraba era el de “La Siguanaba”.
También recuerdo que Don Jorge contó una vez que cuando le tocaba hacer sonidos de un caballo cabalgando, los hacía pegándose en la panza.
José María Andrade:
Más que recordar un poco de la historia radial de Jorge Montenegro. Es leerlo. En su columna en el Diario La Tribuna: “Déjenme decirles qué”, aparte de tener un humor peculiar. Educaba a la gente.
Con sus historias rescatar todo aquello que el hondureño ha creado en su propia mente y lo ha hecho idiosincrasia. Eso es importante rescatar de este señor Montenegro.
Karla Oseguera:
Nosotros escuchábamos esas historias solo cuando mi abuelo llegaba a la casa. Tenía un radio Sony más allá que de acá. Pero servía.
Con mi abuelo en casa, era con el único que mis hermanos y yo agarrábamos valor para escuchar. Nos quedábamos con la luz apagada y muriéndonos del miedo. Cuando Don Jorge hacía silencio contando una historia, nos imaginábamos que nos iba a salir la llorona en vivo y en directo.
Pero la que más miedo nos daba era: “El Jinete sin Cabeza”. Era cagada y media.
Livio Ramírez:
Los racionamientos del gobierno de Reina. Toda la familia alrededor del radio, iluminándonos con candelas. ¡Qué buenos tiempos esos!
Richie Abedrabbo:
Recuerdo la época de los apagones y racionamientos de energía eléctrica en el gobierno de Reina. No había tele y no nos dejaban salir de noche a la calle.
A la luz de vela y con un masoquismo bárbaro nos reuníamos los primos alrededor de un “radito” de baterías para escuchar “Cuentos y Leyendas de Honduras”.
Así conocí más de: “El Cadejo”, “El Duende”, “La Sucia”, y “La Llorona”. Personajes que mucha gente en Copán asegura haber visto por lo menos una vez en la vida.
Todos estos cuentos forman parte de la tradición de Honduras.
Conclusión:
Luego de leer todos los relatos de las personas que colaboraron con este reportaje nos damos cuenta que Jorge Montenegro con sus historias de “Cuentos y Leyendas de Honduras” ha hecho un antes y un después en la radio nacional.
Jorge Montenegro es el pilar donde descansan las historias más autóctonas del folclore de nuestro país.
