No soy aficionado del Real España ni nada por el estilo, sin embargo me considero un apasionado por el fútbol, y como tal creo poder distinguir entre algo sin relevancia y algo valioso.
En esta oportunidad quiero ponerme de pie, quitarme el sombrero, aplaudir y lo que ustedes consideren necesario para destacar a alguien que se ganó el respeto en nuestro balompié.
Hablo nada más y nada menos que del delantero uruguayo Claudio Nicolás Cardozo, quien este jueves ha tomado sus maletas y ha viajado a su país natal, rompiendo el corazón de miles de aficionados aurinegros.
Llegó a tierras catrachas en el 2006, exactamente al Atlético Olanchano para luego llegar al Vida de La Ceiba. Su buen nivel lo llevó al extranjero y en el 2010 volvió a Honduras, curiosamente a defender los colores del Marathón.
¿Quién lo diría?
En ese momento no se imaginó que el equipo de sus amores era el vecino, algo que descubriría hasta el 2013.
Firmó con la “Máquina” por un año sin tener una idea en todo lo que se vendría.
Si bien es cierto solo ganó dos título con el Real España, pero gracias a los goles, la entrega y el esfuerzo se ganó el cariño de la hinchada catedrática, y eso puede tener un valor más significativo.
Se convirtió en un ídolo del club y su marcha ha sido dolorosa, pero así es el fútbol, se cumplen ciclos y no queda mas que adaptarse a ellos.
“Me voy con sentimientos encontrados. He llorado mucho, Honduras es un país que quiero mucho y me deja a mi hijo que es hondureño. Agradecido con todos por como me trataron (…) Viví años lindos en Honduras espero pronto volver. Voy a prepararme a mi país”, afirmó Cardozo antes de partir.
Posiblemente no sea el más indicado, pero debo decirlo: Claudio Nicolás Cardozo… ¡Gracias!
Gracias por hacer de Honduras tu segundo hogar, por demostrar que la esencia del fútbol sigue viva y por darlo todo en el equipo de tus amores, ese que siempre te recordará. Pasarán los años y difícilmente otro uruguayo seguirá el glorioso camino por el has pasado.
En el Real España se deben sentir orgullosos; ojalá el destino los vuelva a juntar en el futuro.
¡Éxitos!
