Por: Ramón López P.
Cuánto dolor han provocado las personas que manejan las iglesias a nivel mundial, son miles y miles de casos de pederastia, abusos sexuales y violaciones a menores de edad por parte de sacerdotes y pastores.
No basta con decir que pedirá perdón a Dios y que hará lo mismo con las víctimas. Tal y como lo está diciendo el sacerdote de Danlí, German Flores. Esto es un caso criminal donde la fe y Dios no tienen nada que ver.
El sacerdote utilizó el libre albedrio para dañar de por vida a niños inocentes, un acto abominable, reprochable, detestable y sin duda alguna merece la cárcel.
Molesta mucho que los líderes no se pronuncian al respecto, y se hacen los locos cuando se les pregunta directamente sobre este tema que tiene de cabeza a Honduras y a muchos países a nivel mundial.
¿Por qué los grupos que defienden la vida, los derechos humanos, los que tienen poder de decisión dentro de las iglesias no dicen nada? ¿El Cardenal? ¿Monseñor Juan José Pineda? ¡Alguien tiene que dar la cara.
Es una verdad que no se puede esconder, mucho menos ignorar. Se debe señalar con el dedo a los culpables, denunciarlos, enjuiciarlos y meterlos a la cárcel de por vida.
No estoy generalizando, pero los que han cometido estos actos deben pagarlo.
Por esto y mucho más es que la gente se está alejando de las iglesias para acercarse a Dios.
