Como sociedad damos asco

Como sociedad damos asco.

Esto no se trata de partidos políticos, ni tampoco de ideologías y mucho menos de colores, esto se trata de nosotros mismos, de valores, principios y moral, así de sencillo, no le busque otra pata al gato porque no la tiene.

Aunque se escuche fuerte, es impresionante ver, escuchar y leer posts que se burlen y deseen el mal ajeno, esta situación no es para nada  nueva, venimos arrastrando con esta “enfermedad”  ya días y ahora el resultado final es UNA SOCIEDAD QUE DA ASCO.

RESISTENCIA: Burlándose de la muerte de Hilda Hernández. “Qué bien que se murió esa vieja”.

NACIONALISTAS: Burlándose de la muerte de los jóvenes que han sido víctimas en las manifestaciones “Está bueno que maten a esos HDP, vagos es que son”.

Por Dios, así o más podridos podemos estar como sociedad, NINGUNA muerte es sinónimo de burla y de alegría.

Creo que Honduras es un país donde los ciudadanos somos expertos en tener la “verdad absoluta”.

Y eso es precisamente lo que nos lleva actuar como lo estamos haciendo hasta ahora, actuamos sin pensar mucho que se diga.

Endiosamos nuestras creencias, religiones e ideales y todos los demás que piensen diferente a nosotros es nuestro enemigo a muerte, un ser humano sin pensamiento, estúpido descerebrado, pendejo, mediocre, nefasto, falta de sentido común etcétera.

En este caso estamos peleando a muerte por quién gobernara nuestro país durante los próximos cuatro años.

En este punto ponemos a nuestro candidato como un ser PERFECTO, ÉL ÚNICO QUE PUEDE SALVAR ESTE PAÍS Y HASTA EL  MUNDO.

Como dice el escritor César Indiano “Los dos se han burlado del hambre del pueblo”.

Y tiene toda la razón. Juan Orlando Hernândez, por un lado con su bolsa solidario, y Salvador Nasralla con 20 libras de arroz emperatriz en XO Da Dinero.

¿Quién es su líder? Usted lo decide, pero respete deje de obcecarse y no contribuya a que Honduras se siga convirtiendo en una sociedad de asco donde se burla de la muerte de personas y le desea el mal con todo su ser.

Mientras más estúpido, pobre y dependiente sea el pueblo, será menos consciente de sus deberes y derechos y por ende manipulable al sabor y antojo de cualquiera (con consignas y filosofías propias o ajenas).

No seamos tontos útiles a intereses mezquinos y egoístas de estos políticos.

Usted y nadie más que usted decide convertirse en la persona que quiere ser.