Después de casi 3 semanas de “comernos” casi 20 horas diarias de pura política, estos “fríos perros” de las últimas horas nos recuerdan que ya casi es Navidad y toca ir comprando -o ajustando-, los estrenos.
Desde ya hay que ir buscando qué ponerse para que, al menos cuando sea el mero 24 y el 31, nos podamos ver bien “catrines” y peinados.
Y sí, lo sé, muchos están diciendo “¿Y éste? ¿Con qué pisto?”. Sí, la cosa está yuca, pero hay opciones.
Porque los catrachos tenemos una gran “bendición” y no es necesario irse a una gran tienda de los “moles” hondureños para poder encontrar una que otra ropa barata y buena…
Por eso, gracias a Dios que existen… ¡Los Bultos!
La capital nos regala la oportunidad de ir a cualquiera de las miles de tiendas de bulto que existen, ya sea en Tegucigalpa o Comayagüela, en los barrios, incluso en el centro de la ciudad.
Es que con 100 o 200 lempiras te traés de toda onda y de buena marca, que es lo mejor de todo. Es ropa que tiene un hilo salido o el botón más abajo o cualquier diminuta imperfección.
Así que como todo buenos capitalinos que somos no fuimos a buscar dónde comprar las mejores camisas y ropa de bulto para “estrenar”. Con 300 lempiras en mano me tiré a la búsqueda.
Para no irnos tan largo, decidimos darnos una vuelta por “el centro”. Solo bajamos del colectivo detrás de la Catedral y “suazz”… ¡Allí estaba la primera tienda que teníamos que visitar: El Golazo. Nunca había entrado, así que me dije “¿Por qué no?”.
Eran las 9:15 de la mañana y esta tienda ya estaba llena de capitalinos conocedores.
Damas y caballeros moviéndose de un anaquel al otro, gritando y preguntando el precio y si se encontraba una blusa o camisa bonita se las tiraban al hombro para no perderles.
Aquí encontraba ropa de todas las formas y colores, grandes líneas de pantalones guindados, buzos, chaquetas, sudaderas… ¡De todo!
Le pregunté a la encargada si siempre estaba así de lleno tan temprano.
“Sí, es por el día, es que hoy tenemos la promoción de llevar todo al 50 de descuento si llevás 7 prendas o más”, me respondió.
Pucha… ¿pero qué cuesta cada prenda?
“La ropa la tenemos desde 10 lempiras hasta de 150, que es la más cara”, me dijo.
Eso me convenció y dejé apartadas mis 7 camisas para llevármelas luego, porque tenía que visitar más lugares, la que más me gustó costaba 80 lempiras… ¡De esas camisas que puso de moda el que está en la presidencial!
Ya tenía mi camisas y camisetas, me faltaba los buenos zapatos, porque mis tenis ya los ando rotos, pero no me quedaba mucho dinero, pero tranquilo, andaba en los bultos donde fijo encuentro algo que me ajuste.
En efecto, encontré “Calzados el Chele”. Aquí los zapatos estaban bien baratos y de buena calidad. Me atendió su dueño… “El Chele”.
“Compa, aquí hay buenos zapatos” -me dijo. ” Yo no lo voy a engañar, nosotros le ofrecemos al cliente el zapato o tenis que más le guste, se lo damos bueno, bonito y barato, pero si por esas cosas de la vida se le arruina en los primeros días, nosotros se lo cambiamos por otro”.
Eso no lo encontrás en las grandes tiendas, una vez puesto, ni modo. “Si compa, es que no vamos a perder un cliente por eso”, me dijo El Chele. De aquí me gustaron todos los zapatos en especial los burritos.
Así damos por terminado este viaje por el centro de Tegucigalpa, conseguí buena ropa para estrenar el 24 y el 31 y a buen precio.
Lo bueno es que nos sobró para tomarnos una rica sopa de doña Tere en los Dolores y para el rapidito.
