Por: Ramón López P.
¡Qué valor el de nuestro cardenal Rodríguez Maradiaga! Mientras ojeaba los diarios del país me encontré con las declaraciones del excelentísimo Óscar Andrés donde condenaba la injerencia extranjera en las elecciones de Honduras.
Su Santidad, déjeme recordarle que cuando la cúpula del Partido Liberal y la Cúpula de las Fuerzas Armadas participaron derrocando al Presidente de la República Manuel Zelaya Rosales, la iglesia católica no se pronunció para nada, tibiamente mencionó que no se podían meter en ese tipo de cosas.
El pueblo esperó a un líder que saliera en defensa de los valores, de la Constitución y de los habitantes del país que a la larga son los que han sufrido el golpe al poder ejecutivo en junio de 2009.
También esperamos que se pronunciara cuando la Corte Suprema de Justicia declaró como “legal” la reelección presidencial. ¿A qué tipo de señor defiende usted?.
A huevos nos tocó llegar hasta aquí, todos los candidatos aceptaron a regañadientes la reelección presidencial que está o estaba totalmente prohibida en la Constitución de la República de Honduras.
¿A qué juega la iglesia católica? ¿Hay algún interés particular en el continuismo del señor Hernández Alvarado? O es que ¿No le gustan los gobiernos de izquierda que tengan amigos en países como Venezuela, Brasil, Ecuador, Nicaragua y Bolivia?
Hay que ponerse claro, la iglesia no debe tomar ningún partido, mucho menos saludar al que está en el poder. Eso déjeselo a los “lambiscones” que andan buscando “alguito”.
Amárrese la sotana y defienda a los oprimidos, al pueblo que se muere de hambre y que lucha día a día por sobrevivir.