-¡Vendameeeeee!, ¡Vendameeee!
-¿Qué desea?
-Buenas, deme una semita de manteca, un turrón, pastelito de piña y un”fresco” de botella
-Con gusto.
Tantas y tantas veces que se ha escuchado esta misma conversación dentro de las paredes de la histórica pulpería “Corazón de Jesús” del Barrio Guanacaste, la que con más de 150 años de existencia es un templo capitalino que se ha mantenido a flote pese a al transcurso del tiempo.
La pulpería “Corazón de Jesús” es de esas pulperías de nuestra infancia, en donde comprábamos siempre el pan más rico porque los guardaban en bote, los churros que más nos gustaba, los chocolates que nunca olvidaremos y por supuesto que el fresco en botella de vidrio más heladito de todos.
Foto: De los pocos, pocos lugares que aún guardan el pan en estos botes de vidrio. Así sabe más rico.
Es una casa como “las de antes”, hecha de adobe, con un techo de tejas y con vigas y puertas de madera de la buena. Un cuadro del Sagrado Corazón de Jesús es el fiel y único protector de este pedacito “Tegucigalpa de antes” que aun existe.
Foto: En una esquina, en la entrada, un retrato del Sagrado Corazón de Jesús, resguarda la humilde pulpería de todo mal.
Foto: Ella se quedó en el tiempo, pero el tiempo le rinde honor a esta pulpería. Hasta sus clientes aun nos recuerdan a la “Teguz de antes”
Don Mario y doña Vilma son los orgullosos dueños y una pareja de amorosos esposos que con mucho esfuerzo han mantenido a flote esta histórica pulpería que, según nos contó don Mario, fue… ¡Su abuela quien la inició!
“Mi abuela comenzó vendiendo cositas en otro lado, le empezó a ir bien y ya comenzó a vender en este casa. Con el tiempo mi padre y mi madre se encargaron de la pulpería, hasta que llegó a mí; ahora junto a mi esposa la continuamos y esperamos que siga en más generaciones de nuestra familia”, dice don Mario.
Ellos dos nos recuerdan que “el amor verdadero” sí existe, ese que perdura tras los años.
Foto: “Fue amor a primera vista”, así nos dijo doña Vilma. En sus ojos se delata que dice la verdad
Por esta pulpería pasaron miles y miles de hondureños en estos 150 años, niños que salían de clases de las escuela José Cecilio del Valle y que se convirtieron en adolescentes, adultos y padres de familia.
Foto: Siempre hay espacio para descansar del viaje en Sagrado Corazón
“Aquí han venido niños que los hemos visto crecer y convertirse en papás, jóvenes que se han ido para los Estados Unidos y nos mandan saludos. Hasta mis hijos han crecido atendiendo en esta pulpería, y ahora mis nietos también nos ayudan”, comentó doña Vilma.
Han sido tantos los que se han ido a “echar el fresquito” mientras esperaban los buses en la esquina del Guanacaste, o que después de comprar en el mercado se iban a almorzar con un pastelito de piña.
Foto: No encontrarás pastelitos de piña más grandes y deliciosos que los de aquí.
La pulpería “Corazón de Jesús” es un patrimonio de Tegucigalpa y de Honduras, si andás por el Guanacaste, no dudés ni por un segundo ir a comparte una semita y un pastelito de piña con fresquito bien helado y ayudemos a que no se quede en el olvido.
Foto: Padre e hijo atendiendo, la pulpería pasará a otra generación más.
Foto: TODO aquí es “al estilo de antes” paredes de adobe, la madera y puertas originales y hasta el techo de tejas.
Foto: Un Freco con una semita, no se puede dejar comprar
