POR: Homer Faraj.
Estamos a un paso de llorar amargamente o de reír e inundar las calles de Honduras celebrando una nueva clasificación a una Copa del Mundo. Estamos al borde por nuestra mala siembra bajo el mandato de Pinto desde hace tres años.
El colombiano no es el único responsable de nuestra actualidad pero sí el mayor protagonista de lo negativo. Pienso que si se llega a clasificar es casi todo el mérito para los jugadores que le salvarían el pellejo a un DT que sigue perdido.
Nunca se planifica llegar a las últimas dos jornadas en una posición tan delicada y teniendo que enfrentar a las dos mejores selecciones de Concacaf de esta hexagonal. Debemos sacar la calidad y los huevos para lograr un nuevo milagro.
Muchos argumentan: “¿Para qué vamos a ir si solo hacemos el ridículo?’’
Indiscutible, en el 2010 y 2014 fuimos un fiasco, pero eso no quiere decir que sea lo mejor futbolística y económicamente hablando. No existe forma de argumentar que lo mejor sea quedar fuera de un mundial. Solo clasifican 32 selecciones, ser una de ellas es un privilegio.
Sin olvidar que una eliminación sería catastrófico para el ánimo del aficionado que no está apoyando el torneo de Liga Nacional que va por buen paso, peor aún si quedamos fuera de Rusia.
¡VAMOS BICOLOR!