POR: Homer Faraj.
Resulta fácil abandonar los estadios, no sintonizar los partidos y ni darse cuenta cuando se disputen los encuentros de Liga Nacional. También resulta fácil darle la espalda a la Selección Nacional por tanta momento amargo. Fácil es limitarse a ver fútbol europeo donde impera la calidad y el espectáculo cada minuto de cada partido.
Difícil es ir a ver ‘potras’ donde solo un equipo propone, fútbol aburrido o donde ambos juegan para el olvido, eso es para valientes y somos pocos los que aún empujamos esta carreta pesada y quebrada.
En Argentina cuando el Racing de Avellaneda estaba a punto de desaparecer por problemas financieros su pueblo se reunió y lo rescató. En Honduras cuando el Victoria descendió, el Municipal Ceibeño era un desierto. Nosotros también somos culpables, con mínima responsabilidad pero culpables.
Tengo 26 años siguiendo nuestro fútbol, desde muy pequeño mi viejo me llevaba al Estadio Morazán y no me arrepiento ni un segundo.
Sí, me puse sentimental pero es nuestro fútbol y no deberíamos darle la espalda. Es nuestra realidad, cruda o como queramos llamarle pero es lo que tenemos que trabajar y sacar adelante. Llenemos los estadios y que los jugadores, dirigentes y cuerpos técnicos se motiven con tanto aliento, que tengan el deseo de mejorar cada día.
¡Que viva Honduras y el fútbol hondureño!