Tegucigalpa se convirtió en mi casa hace un poco más de 20 años, me gusta desde todo punto de vista, sobre todo porque está rodeada de montañas que poco a poco la mano humana ha ido haciendo estragos con los árboles.
Por tanto, cuando nos agarra un verano ingrato nos deja sin agua a todos. De noche me gusta porque en Comayagua mis abuelas se encargaban de hacer unos nacimientos inmensos y me tocaba armarlos, las luces de la ciudad me recuerdan muchísimo aquellos nostálgicos diciembres en la mítica ciudad colonial.
El crecimiento que ha tenido Tegucigalpa es inmenso, crece a lo largo y a lo ancho y ya se ven edificios inmensos de viviendas. Por tanto hay más gente, más demanda de transporte público y privado. Las calles no dan el ancho y se produce el desastre vehicular.
Además he notado que el capitalino suele volverse lento cuando llueve, no sé si es por la precaución que se toma por las calles propensas a deslizamientos o simplemente el agua los atonta.
De esto se ha encargado el mejor alcalde que ha tenido la capital del país, Nasry Asfura o Papi a la Orden puso orden y sobre todo se nota el buen trabajo que está haciendo su gestión como edil del Municipio del Distrito Central.
El desempeño de “Papi” es eficaz, sobresaliente, visionario y de eso se ha encargado. Tratar que la ciudad no sea un caos y se mantenga limpia. Lo mejor de todo es que no anda llamando a 150 mil periodistas para que vean que la obra ya está terminada, ni siquiera le pone nombre de su mamá, esposa, hijos o mascotas. Bajo perfil desde todo punto de vista.
Por eso es la mejor gestión pública que he visto en mis “veintipico” de años de vivir aquí. Los puentes, pasos a desnivel, rotondas, túneles son parte del crecimiento de una ciudad.
Sin embargo, debe fortalecer otras áreas como la reforestación de los cerros que rodean a la Taguzgalpa, un inmediato plan para llevar agua potable a cada rincón de la ciudad.
Un dato: a diferencia de sus dos antecesores, Miguel Pastor y Ricardo Álvarez, que gastaron millones en pago de publicidad, Tito no gasta un solo cinco e invierte ese dinero en la construcción de obras.
Por último, debe darle fin a esa obra gris que es el “Trans 450” que no quede como un adorno más en la capital.
Hay muchas cosas por hacer aún, pero todo pinta a que el alcalde Asfura tiene toda la intención de dejar una ciudad mejorada desde todo punto de vista.