Por TIMY DANIEL/Entrenador de Fuerzas Básicas Olimpistas (FBO) categoría U-10/Escritor/Licenciado en Educación Física/labancadelcoach.blogspot.com
Saludos, profe.
Igual que usted, soy entrenador del deporte más bello. Claro, mis éxitos han sido a nivel de jóvenes y niños, no de Mundiales como usted, pero permítame hacerle un par de preguntas:
¿Qué carajos piensa haciendo esos cambios que nos han costado 9 puntos?
Hoy, una selección gringa, sin ganas de jugar, pegando pelotazos para ver qué les salía, ahogada, acalorada y fundida… nos empató el partido.
Qué curioso que fue después de sus cambios que Panamá nos empato en el Romel Fernández. Fue después de esos cambios que Trinidad casi nos hace la trastada. Fue después de sus cambios, que Estados Unidos nos amargó la tarde.
¿Una cosa en común?
Si…. Sus cambios.
Lo admiro. Creo que su método es muy bueno. Quizá muy adelantado para nuestro fútbol, y por eso muchos no le entienden. Sin embargo, déjeme sugerirle que sus substituciones no funcionan; que en vez de hacer línea de 5 atrás busque un golito más para salir de esa mentalidad conformista que nuestra cultura ha venerado por siglos.
Esos aplausos que el Olímpico les regaló al final del partido NO se los merecen, ni usted ni sus jugadores.
Les aplaudieron por haber jugado bien por primera vez en tanto tiempo. Pero entienda que ustedes están obligados a jugar bien siempre.
Aplausos si llegamos Rusia.
Aplausos si ganamos un partido en el Mundial.
Aplausos si llegamos a octavos.
Pero no por haber empatado en casa una vez más. No por haber quedado en quinto lugar en esta hexagonal mediocre, pero cruel.
No, entrenador, aún no se merecen los aplausos de manos hondureñas.
Me despido deseándole lo mejor. Soy gran admirador suyo, pero como colega también, debo decir la verdad: NO se merecen esos aplausos.
