Los árbitros profesionales del fútbol hondureños están en huelga de “brazos caídos” por el aumento que no han podido concretar con los directivos de equipos y de la Liga Nacional.
Los silbantes piden un aumento de 28% en relación al sueldo que se les paga en este momento.
Los números no son tan descabellados y es que hace tiempo los jueces del fútbol no reciben un aumento.
Por disposición de los árbitros la jornada 3 de la Liga Nacional ha sido suspendida. A mi juicio, es algo radical, porque pudieron haber pitado esta jornada y negociar la siguiente semana de lunes a viernes sin alterar el calendario de liga.
Hay que recordar que Honduras juega en diez días el juego eliminatorio frente a Trinidad y Tobago en Puerto Príncipe y cuatro días después recibimos a los Estados Unidos en el Olímpico de San Pedro. Es un serio problema en vista que la solución al problema con los árbitros no se ve cerca.
Los jueces tienen razón, merecen un aumento. No sé hasta qué punto están dispuestos a negociar, pero por el bien del fútbol de Honduras la solución debe llegar de manera inmediata.
Los directivos de la Liga y de los clubes profesionales deben solucionar esta situación a la brevedad. Al final quien pierde es el país.
En números:
Para los cuatro árbitros:
Partido de dos vueltas: 16 mil. Con aumento ascendería a 20 mil Lempiras.
Juego de repechaje: 23 mil. Con aumento ascendería a 28 mil 500 Lempiras.
Semifinales: 25 mil. Con aumento ascendería a 31 mil 500 Lempiras.
Final: 50 mil. Con aumento ascendería a 62 mil 500 Lempiras.
Los números no son nada alarmantes. Creo que están dentro de las posibilidades de la liga y los equipos.
Dejen de llamarlos mercenarios, vende patria y otro tipo de estupideces, ellos también tienen familia a quien alimentar.
¡Solucionen!
