Por: Ramón López P.
Es difícil entender cuando una persona decide terminar con su vida, solo las personas que toman esta decisión saben lo que hay dentro de su corazón, mente y pensamientos.
Muchas veces la depresión nos agarra mal parados y nos orilla a un abismo tan profundo que la muerte es la única salida.
Hoy que veía las redes sociales vi los comentarios de dos seres que no entiendo cómo los dejan usar la computadora y el celular, porque lo pendejo no se les quita ni volviendo a nacer.
Es lamentable ver comentarios de imbéciles, descerebrados que no tienen una pisca de respeto y educación hacia los familiares de la víctima.
Jonathan Hernández: “Gracias a Dios que se mató, menos ruido”.
Carloz Argeñal: “Jajaja Mafufos HdP”.
Personalmente no conocía a Gustavo Moreno, sin embargo pude ir varias veces a los “toquines” que se montaban en los “Cien Años”. Un lugar que embrujaba y envolvía a cualquiera porque el man de Gustavo siempre andaba alegre y con las pilas puestas para atender a todos los que llegaban a su casa de arte.
Lo vi sobre el escenario, un tipo lleno de energía y se notaba a leguas que la música iba en sus venas. Simplemente, el talento es nato y este muchacho lo tenía por completo.
No es posible que predomine la falta de sensibilidad, la falta de moral y respeto, no es posible que tengamos en un país que intenta salir a flote personas creyendo que porque asisten a una iglesia pueden juzgar y señalar a cualquiera que les dé la gana.
Honduras está hecho “M” por la cantidad de imbéciles que creen que tienen la razón de todo y que son dueños absolutos de la verdad. Da pena ajena con la familia de estos “eruditos” de la estupidez.
¡Abundan los pendejos! ¡Qué tristeza!
