Los que dicen que Jaime Villegas es un vendido, acomodado, oportunista -y otros adjetivos que les gusta usar a aquellos que hacen del chisme un pasatiempo-, simple y sencillamente no lo conocen.
Es tanta su credibilidad, que en las elecciones generales pasadas no tuvo que poner un solo centavo para pagar anuncios, ni comprar afiches o calcomanías, y aún así salió electo por el departamento de Cortés por el Partido AntiCorrupción.
Era la primera vez que se metía a política. Hasta ese momento, estaba dedicado por completo como dirigente del Real España, el popular equipo sampedrano en el que jugó 18 años, entre 1968 y 1986.
FOTO: Villegas junto al Rey Pelé en San Pedro Sula. Real Espana 1 Santos de Brasil 3.
Ciudadano ejemplar, cabal, honesto, trabajador, apasionado, brutalmente franco y frontal, de una sola pieza, es la clase de persona que necesita este país, es uno de mis ídolos de infancia.
Jaime Enrique Villegas Roura también es un caso atípico en el fútbol, pues se graduó como Administrador de Empresas en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.
Casado Nora Paz, es padre de tres mujeres. “He formado un hogar que es todo para mí”, dice Villegas, quien fuera un inteligente y recio defensa central al que apodaban el Káiser.
La fotografía es su hobby favorito, y si no fuera por él, muchos recuerdos de los setentas y ochentas se habrían perdido.
Fue parte del plantel del España que conquistó el tricampeonato de 1974 a 1976. Más tarde ganaría su cuarto título en 1980.
FOTO: Histórico. Honduras le gana 2 a 1 a El Salvador en el mismísimo Cuscatlán. Aquí con el Macho Figueroa y Gilberto Yearwood, que también aspira a una diputación con el Partido Nacional.
Junto a Fayito Gutiérrez, Allan Costly (el papá de Carlo), Azulejo Bulnes, Domingo Droummond, Luis Cruz y el Tile Arzú, formó la mejor defensa en la historia del fútbol hondureño.
Con la H, Villegas fue campeón de Concacaf en 1981 logrando la clasificación de Honduras por primera vez a un Mundial: el de España 82.
Se retiró en 1986, y de inmediato empezó a trabajar con el equipo de sus amores: primero como enlace entre la junta directiva y los jugadores; luego como presidente y director deportivo.
Como congresista siguió actuando con los mismos valores de su época de jugador, en lo que sobresalen un profundo amor por su pueblo, la valentía, el compromiso, la honorabilidad y la lealtad.
Por eso no es de extrañar que sea uno de los mejores diputados de la actualidad.
Como tampoco fue de extrañar que se convirtiera en jefe de la bancada del PAC, pero cuando quisieron “mangonearlo” para empujarlo a tomar decisiones que iban en contra de sus principios, simple y sencillamente decidió renunciar.
En diciembre del año pasado, cansado del despelote, rencillas y divisiones, tomó la decisión de abandonar al PAC.
Su idea era “jubilarse” de la política. A sus 67 años, pensaba dedicarse a su familia e ir al estadio a ver los juegos del Aurinegro.
Pero el 20 de julio, en medio de la celebración del indio Lempira, aceptó la invitación de Juan Orlando Hernández, se quitó el 3 (el número que usó toda su vida), y se puso la 188, la casilla por la que aspirará en noviembre a un segundo periodo en el Congreso Nacional.
De esa forma, JOH, como se dice en el ambiente deportivo, ha realizado el fichaje del año. ¡Le deseo toda la suerte del mundo!
“No hubo dinero ni pedí nada a cambio para mí o para mi familia”, explicó el Káiser.
Es, en realidad, una explicación necesaria. Pues ya sabemos quién es Jaime Villegas y que es un hombre que no tiene precio.
