Simplemente lamentable…
Las baleadas que ocasionaron la muerte del menor de edad Edgardo Ariel Reyes (6 años), y la intoxicación de otros dos niños (Sus hermanos), contenían veneno para ratas, algo que definitivamente ha llamado la atención en el campo nacional.
Lo anterior fue confirmado por las autoridades hondureñas tras varias investigaciones, puesto que en una de las revisiones de la vivienda del niño occiso se halló residuos de veneno para ratones, lo que fue clave para determinar la verdadera causa de su fallecimiento.
“Mi niño, yo sé que vas a estar en un lugar mejor. Pero por qué me dejaste sola, siempre vas a estar en mi corazón, nunca te vamos a olvidar”, dijo la madre del niño que perdió la vida, esto con lágrimas en sus ojos y frente al ataúd de su hijo.
Sobre el estado de salud de la niña de 10 años se conoció que permanece interna en la unidad de cuidados intensivos del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), mientras que el bebé de 9 meses se encuentra bajo vigilancia en el Hospital Mario Catarino Rivas, y por suerte pronto será enviado a su casa.
¿Quién puso la harina en las baleadas?
Bueno, su madre Francisca Mabel Martínez jura que no fue ella, y la Policía de alguna manera parece que la respalda después de las investigaciones, pues ya tiene en la mira a los sospechosos.
“Ahora mismo están plenamente identificados (los sospechosos), están bajo vigilancia. Estamos a la espera de del reporte de medicina forenses para proceder de manera legal“, afirmó este miércoles Daniel Marino, vocero de la Policía Nacional en la zona norte de Honduras.
Esperemos que se haga justicia por la joven vida que se perdió, no podemos seguir en un país lleno de impunidad.
Foto: El Heraldo.