Cené en Roatán con 100 lempiras y todavía me quedó para acompañar la comida con dos heladas.
Sí, me imagino su cara y diciendo “Qué paja la de esta cipota”. Pues le estoy diciendo la verdad: mi manjar fue comer baleadas isleñas, una delicia igual que una sopa de caracol, nada que envidiarle.
El puesto queda en West End a la par de la playa, el lugar es súper sencillo: tres mesas plásticas, una estufa, ollas y tres mujeres que están dándole runga a la harina para sacar una tortilla suavecita.
“Estoy acá hace más de siete años, y gracias a Dios he sido muy aceptada, la gente de la Isla me quiere mucho y les encanta comer mis baleadas”, dijo la dueña del negocio, doña Karen Torres.
Las baleadas isleñas son tortilla de harina, frijoles, mantequilla, queso… La sencilla cuesta 20 lempiras y la especial 30 lempiras, que eso es una bomba con los mismos ingredientes de arriba, pero agregándole carne de res, cerdo o pollo, aguacate, chorizo con huevo y lo que le da el toque, no sé ustedes pero nunca había probado el chismol dentro de una baleada y esto es demasiado porque le da ese acidito rico.
“El sazón esta en amasar bien la masa y hacer la comida con cariño, condimentar bien la carne, por eso es que queda tan ricas”, dice doña Karen.
Bueno y me comí dos baleadas especiales, saquen cuenta: son 60 lempiras, me sobraban 40 lempiras y justo al frente se encontraban las birucas a 20 lempiras, así que con 100 lempiras comí como reina.
Fotos: El Fotógrafo.
Foto: La Marimba disfrutando de este manjar.
