Homofobia: ¡Y los “libres de pecado” tiraron la primera piedra!

Gran revuelo ha causado entre los usuarios de las redes sociales la declaración de amor de dos hombres en San Pedro Sula. Ha sido el boom del momento.

Me indigna un poco ver como líderes religiosos y personas homofóbicas saltan de la comodidad de sus sillas para escribir el mensajes más violento y lleno de odio que existe. Se supone que las iglesias son para dar paz, esperanza y amor. En ninguna parte de la Biblia dice que nos da autoridad para juzgar y señalar al prójimo.

La mayoría de opiniones revestidas de santidad, seguramente personas que cuando se mueran irán directamente al cielo porque viven su vida tan pura y casta que son dignos de poner velas y su foto para rezarles. ¡Hipócritas!

Son los mismos que ven a un niño pidiendo en un semáforo y dicen: “No les doy dinero porque compran droga”, “no les doy dinero porque aquella señora que está allá es la mamá de ese niño y lo tiene pidiendo”. Doble moral, doble cara.

Son los mismos que pagan por sexo, que le dan play a los videos pornos que le caen en WhatsApp, los que beben y aun así manejan, etc.

El verdadero mandamiento del Señor es “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente”. El segundo y no menos importante: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. No dice excepto a los gays, lesbianas, trans, intersexuales… En su momento, el Señor tu Dios te juzgará por tus acciones, no será grupal. La salvación es propia y cada quien lucha por ella con temor y temblor.

Nadie, absolutamente nadie tiene la autoridad moral para condenar y señalar a los demás por su manera de ser, amar o sentir. Tenemos en las manos en libre albedrio y cada quien hace lo que se le venga en gana. El respeto es primordial en esta situación.

Los habitantes de Honduras están equivocados, se alarman, persignan y rasgan las vestiduras porque dos hombres se declaran amor públicamente, pero les es familiar que descuarticen mujeres, que permitan a los diarios mostrar sangre y dolor en primera plana, que nos roben el futuro, la salud, la seguridad, que golpeen mujeres, que los pastores vivan mejor que la Reina de Inglaterra en sus mansiones blindadas, lo importante no importa.

Para rematar, hasta un poquito de envidia les debe dar, porque a muchos heterosexuales no les han regalado ni un confite jamás en su vida.

Dejen de vivir con intensidad la vida de los demás, solo es una y hay que aprovecharla al máximo.