Aunque esté totalmente consciente que hoy será un juego durísimo y que no tenemos los jugadores adecuados para sacar un buen resultado del Estadio Azteca el corazón no me deja traicionar a la H.
Si bien es cierto las bajas son muchísimas, no veo quién o de donde pueden salirnos tres jugadas para hacer goles y regresar de México con los tres puntos. No voy a engañar a nadie, muchos menos escribir que estamos listos para sacar estos seis puntos de visita de la capital Azteca y de Ciudad de Panamá.
El sueño del mundial se nos puede terminar la próxima semana si no sumamos en estos duros compromisos, es un hecho que nos tocó uno de los peores calendarios, porque a pesar de cerrar en casa vamos contra los gringos y contra México en la última fecha.
A pesar de no llevar un grupo que esté lleno de estrellas, el niño que llevamos dentro, el corazón, las ganas de ver a Honduras haciendo goles y que llegue al mundial pesan más que las dos millones de cosas que tenemos en contra.
Es el niño interior que nos permite mantener viva la esperanza, encendida la ilusión que vamos a quedar roncos de gritar por nuestra H. Quizá eso no baste para que nos salga el resultado.
Sin embargo, es muy seguro que en algún momento el corazón tendrá razón, como cuando Pavón le hacia el gol a El Salvador en 2009 y casi simultáneamente el gringo Jonathan Bornstein anotaba el dos por dos frente a Costa Rica y nos ponía en el mundial de Sudáfrica.
Siempre hay algo adentro de nosotros que nos hace creer.
¡Vamos con todo H!