Motagua está a tan solo días de lograr su levantar su campeonato número 15 en Liga Nacional. El bicampeonato está cerca, siempre y cuando no pase una sorpresa futbolística y se deje arrebatar el titulo por el Honduras Progreso.
Este campeonato estuvo cargado de emociones dolorosas para la familia azul. Iniciamos el año con nuestro portero Harold Fonseca lesionado; se perdió todo el torneo.
A la mitad del campeonato nos enteramos de la noticia que más nos calaría a todos: nuestro último héroe de la final pasada, Santi Vergara, se le detectó indicios de cáncer en la sangre, leucemia, a sus 25 años. Nadie se lo esperaba.
Para terminar las vueltas regulares, Diego recibió una de las peores noticias que un hijo puede recibir: su madre había fallecido en Argentina, por lo que tuvo que viajar de emergencia a su país.
Era otro golpe duro anímico para la cabeza del equipo.
Todo era cuesta arriba, nada podía empeorar… En teoría.
En el penúltimo partido de las vueltas, Rubilio Castillo, el goleador del equipo, se lesionó de su rodilla, y estará aproximadamente cuatro meses fuera de las canchas.
A pesar de eso, los que estaban tenían que sacar el pecho por el equipo y sí que lo hicieron, pues ganaron los partidos de liguilla a un Real España comandado por un hombre de la casa Azul, Ramón Maradiaga.
Motagua fue superior a todos los equipos este torneo, es justo merecedor del campeonato, el mejor equipo hondureño de los últimos años y este domingo debe de confirmarlo.
Va por ellos, por los jugadores y el DT que han sufrido, pero que este domingo vivirán una alegría. ¡Que lindo es ser Motagua, de sangre azul!