Las alarmas se encienden porque Mario Zelaya ha sido absuelto de retención de impuestos del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS).
Los jueces argumentaron que la fiscalía no presentó suficientes pruebas para demostrar que se “bolsearon” 167 millones de Lempiritas. Aún queda la apelación, pero seguramente se saldrá con la suya, al menos con este delito.
Porque ya tiene penas condenatorias que le señalan cárcel por una buena cantidad de años. Y aún le quedan unos cuatro o cinco juicios más, de los cuales dos son por la sobrevaloración de las camillas y DIMESA, seguramente lo clavan aquí también.
No se debe repetir todo lo que lee en Facebook. Absolución de un delito no es sinónimo de que se va para su casa, tiene mucha tela que le corten aún.
Algo que si me encabrona hasta los huesos es que el tal Mario Zelaya se vaya celebrando como que acaba de ganar la Copa del Mundo, mano levantada, índice apuntando al cielo. Digno de un “matador”, literalmente. Se le olvidó las más de tres mil personas que perdieron la vida mientras él era director del IHSS.
Hay que ser cara dura, estar medio loco o de plano no tener sangre en el cuerpo para emocionarse con esto.
El pueblo sufrió demasiado y más de tres mil familias sufrirán para siempre. Honduras jamás olvidará las atrocidades cometidas por Mario Zelaya.
Señores jueves y fiscales, que no les tiemble la mano para hacer justicia en nombre de los más de 8 millones de catrachos que queremos ver a este señor en El Pozo, no importa si en el I o en el II, pero que lo hagan pagar como se debe.