El amor en tiempos de Honda Civic está de moda. Mientras una pareja de jóvenes era capturada infraganti en pleno acto en el carro. Unos se aprovechaban para filmar, sacar fotos y poner la placa del auto para saber científicamente quién estaba dentro del vehículo.
La verdad es que cada quien es libre de hacer lo que se le venga en gana, más en esos tiempos donde vas saliendo de la adolescencia y entrando al inicio de los “veintitantos”. La calentura domina al cerebro y el calor de la ciudad no ayuda mucho que se diga.
Más si tenes una novia bonita que anda en ese rango de edad, la calentura es “perra”.
Sin embargo, hay algo que me ha molestado terriblemente. La facilidad con la que le arruinan la vida a cualquier persona sin medir las consecuencias. Está bien que se publique la foto, el video del carro moviéndose de arriba – abajo, pero te pusiste a pensar qué sería si te agarran a vos haciendo de las mismas. Borrá la placa, no tomes fotos de la cara. Hay que ser responsable cuando se trata de meterse en la vida de los demás, más en un país como el nuestro que por cualquier cosa te disparan.
No vamos a cubrirnos con el manto de la santidad, porque muy pocos jóvenes lo tienen, se cuentan con los dedos de una mano y aun así nos sobran dedos para seguir contando.
Las personas no miden acciones, mucho menos la consecuencia que provocará el hecho de publicar fotos, videos, capturas de chats privados y hacerle pedazos la vida a dos jóvenes. Más aún a los padres de estos que son quienes más sufren.
No hay que ser tan perversos, bajos y cobardes. Hay que tener la delicadeza de saber cómo hacer las cosas. Si unos tenían ganas y se fueron al carro. ¿En qué parte de la vida te afecta a vos? ¿Envidia porque ni los perros te ladran?
Hay que vivir la vida de la manera más sensata posible y no cabe dentro de la sensatez arruinar la vida de nadie. Solo ponete a pensar si tuvieras una hija, si realmente te gustaría que ande como virus en las redes sociales. No. ¿verdad?
