He leído tantas quejas en las redes sociales que se me hace natural creer que se preparan para una situación negativa sin salida a prepararse para actuar en el presente para crear un futuro mejor.
En este escrito vas a leer tres cosas: Las quejas sin sentido, la envidia sin fundamento y la clave del éxito para cada persona de manera única e irrepetible.
Quejarse en redes sociales es improductivo, no sirve para nada. Quizá es liberador por la situación económica, sentimental o laboral en la que se encuentran las personas “quejosas”.
Las soluciones no llegan “volándole maceta” a todo aquel post que te molesta porque es de JOH, de Mel, de Nasralla, del Cardenal, de Maldonado, de tu amiga más bonita que vos, de la que tiene un celular mejor que el tuyo y la acusas de cualquier cosa para calmar esa “braza encendida que andas en el pecho” llamada envidia.
De hecho es de admirar a personas como ellos, porque algunos con poca preparación académica y otros con mucha, han logrado cosas que los “quejosos” probablemente nunca hagan.
No hablaré si son corruptos o no, porque a mí no me consta.
Mismo caso con las personas que generalizan a todos por todo, por nada, porque sí y porque no. El conocimiento llega a través de las acciones de las personas. Generalizar es deducir y/o evitar conocer y esto es sinónimo de ignorancia y la ignorancia el cien por ciento de las veces es una decisión.
Quedarse parado a la orilla de la calle viendo cómo todo pasa, sin actuar, sin trabajar, sin mover un dedo, pero quejándote porque eso te hace dueño de la verdad absoluta que a la larga no es más que la intención de querer imponer una idea, en la mayoría de los casos sin fundamento.
En cuanto a la clave del éxito como única e irrepetible es porque haciendo nuestro mejor esfuerzo me puedo trazar una meta y una vez cumplida la celebro. Pero esa celebración a los demás les causa “picazón” porque no han podido hacer nada relevante en su vida.
Para dar un ejemplo claro. ¿Se acuerdan de la Chiki 504? ¿De la llorona del vidrio quebrado? Y la sensación del momento en redes sociales: “¿Y por qué no habló pues amor?” De nombre Erlin Carranza a quien tuve el gusto de entrevistar hoy -Ya les cuento en otra nota como me fue–.
El hecho es que a los demás les estorba terriblemente que estas personas la “rompan” en redes sociales y que se hagan virales de la manera más escandalosa jamás vista.
Eso es porque allá en el fondo estamos queriendo ser como ellos: Atrevidos, innovadores, sin ninguna pena para hablar enfrente de una cámara –He visto como profesionales se ponen a temblar enfrente de una cámara y no recuerdan ni su nombre por los nervios– sobre todo, ser de un comportamiento humilde, con el convencimiento que las acciones que están haciendo frente a la cámara es lo mejor que han hecho en su vida, un éxito y la aceptación y risa que causan en la gente es su más valioso trofeo.
Entonces. ¿Qué derecho tenemos a quitarle a Erlin su felicidad? ¡Ninguna!
Cada quién medirá el éxito, su éxito; de manera diferente, de forma única.
Al final de todo, generalizar es llenar espacios en blanco que hacen caer en ignorancia. El comportamiento de las personas en las redes sociales no miente, permite analizar a ciencia cierta lo que la persona está realmente pensando. Cambiar es una decisión, un gusto adquirido que si se concreta traerá cosas positivas a la vida de cada quien y a la larga al país.