Por RENÁN VALLE
Contra viento y marea, y a pesar de la decisión del nefasto Tribunal Supremo Electoral de declarar ilegales las elecciones del Partido AntiCorrupción, miles de sus seguidores salieron ayer a votar para ratificar a Salvador Nasralla como su máximo líder.
Triste el papel del Tribunal Supremo Electoral, que poco o nada ha hecho por evitar los fraudes y la inflada de votos dentro de las elecciones de nacionalistas, libres y liberales.
Lo de Salvador ha sido un mensaje más de rebeldía contra este sistema de corrupción que nos tiene de rodillas.
Marlene Alvarenga es un chiste político. Ante la popularidad de Salvador, ella no es nada. A saber qué habrá atrás de su necedad de seguirle haciendo daño al PAC.
El Tribunal Supremo Electoral ha anunciado que después de Semana Santa declarará nulas las elecciones del PAC. Entonces, Salvador se irá a la Alianza Opositora y en el partido quedarán Marlene Alvarenga y sus “seguidores”, que no han de pasar de una docena.
Porque Salvador es el PAC. Porque los miles de jóvenes y desencantados han encontrado en él a una voz que clama en el desierto de estas Honduras. Y porque no hay nadie en ese joven partido político que esté a su nivel de imagen.
Ese era uno de los retos de Salvador: formar cuadros que pudieran sustituirlo, pero ahora, con este macaneo, eso ya no es necesario.
O, al menos, que acuda a las elecciones “legales” que avala el Tribunal Supremo Electoral del 21 de mayo, cosa que vemos poco probables por el temor a que acudan miles de nacionalistas a darle el voto a Alvarenga.
Salvador es Salvador sin el PAC, pero el PAC no es PAC sin Salvador. En manos de Alvarenga, el Partido AntiCorrupción pasará de ser un río embravecido a una quebradita insignificante.
A pesar de miles de trabas en su contra -del tal Tribunal Supremos Electoral, de una oposición fantasma y de una campaña montada por “periodistas” de dudosa credibilidad-, Salvador seguirá adelante en sus sueños de hacer de Honduras un mejor país.
Y eso es lo que tiene a muchos con “emPACho”…