¡Qué bonito eran las barras cuando solo iban alentar a sus equipos y salían como que si no pasó nada independientemente el resultado!
¡Olvidémonos de esas baleadas! Es increíble cómo sabiendo que se viene un clásico nacional las autoridades no se preparen para este tipo de cosas.
¿Cuándo van a entender estos muchachos que solo es un partido de fútbol y que son separados por dos colores de camiseta? ¡Los dueños de estos equipos amigos, socios, aleros, comen y celebran en la misma mesa!
Estoy un poco hasta los huevos cuando dicen los representantes de las barras que son infiltrados los que ocasionan los disturbios. Pero si ya los tienen identificados por qué no los hacen sacar de la barra. Es lo más sensato, lo más lógico.
En la mayoría de los medios de comunicación no hacen la separación entre infiltrados y miembros oficiales de las barras. Dicen: “Pelea de barras”. Por el bien de la misma hinchada, el problema lo deben atacar también los que van al estadio a gritar con pasión por un color, por un equipo.
¿Cuánta sangre tiene que correr para que este problema se detenga? Lo peor del caso es que la policía no ayuda. Atacan como estampida de animales enfurecidos a los muchachos que están en el medio del pleito. Una cosa es arrestar a una persona que ocasiona daños y desorden público, otra muy distinta es caerle a golpes y patadas hasta dejarlo medio muerto en el medio de la calle. (No lo invento, hay video).
Los policías golpearon a un muchacho hasta dejarlo convulsionando en plena calle, a plena luz del día y se debe buscar a los responsables de este hecho. Porque ya se les pasó la mano. Claramente se puede apreciar como la persona ya estaba controlada y aun así le cayeron a palos y patadas. Las cosas no deben ser así, la violencia genera más violencia y debe evitarse a toda costa que lleguemos a estos extremos. Es lamentable realmente el accionar de las autoridades.
¿Y los muertos qué? No es posible que perdamos vidas por esto. Realmente estamos ante una ola de violencia que hasta una mala mirada es motivo de irse a los puños –con suerte, porque ahora te sacan la pistola por todo – y en el peor de los casos te clavan plomo, todo por ir a ver jugar a tu equipo.
¿La solución? ¡Debe ser drástica! No dejar pasar a los aficionados “visitantes” cuando haya un clásico. Si van a un Olimpia vs Motagua y en papeles, el Olimpia es el local, que solo entre la afición olimpista y así cuando sea el Azul Profundo el local, jugar solo con afición motaguense.
De esta manera la policía podría alejar del estadio a todo aficionado olimpista para que no exista ningún problema. Y si se les complica, que para este tipo de juegos, ambos clubes busquen una cancha alterna para jugar solo con aficionados del equipo local.
Hay que tomar medidas drásticas, no puede ser que por antisociales las familias tengan que alejarse de los estadios. La poca diversión que hay en este país, en esta capital, también nos la están quitando. Dentro de poco las televisoras van a tener que vender el partido como “Pay Per View” (Pagar por ver) para poder generar un ingreso porque ya nadie querrá ir al estadio. Están corriendo a todo el mundo.
Es lamentable lo que estamos viviendo en el fútbol nacional. Poco espectáculo futbolístico. Los jugadores se van a pegar patadas en lugar de jugar y los “aficionados” se van a partir la madre entre ellos y reparten también los policías.
¡Una vergüenza!
FOTO: DIARIO DEPORTIVO DIEZ