Foto de Diario La Prensa
Sin duda alguna todos los catrachos estamos emocionados con la doble jornada mundialista que se viene este mes en las Eliminatorias rumbo al Mundial de Rusia 2018, donde nos tocará enfrentar a Estados Unidos y luego a Costa Rica, así que desde ya estamos pensando en lo mejor para la “H”.
- Jornada 3, Hexagonal Final
Viernes, 24 de marzo
Estados Unidos vs. Honduras
- Jornada 4, Hexagonal Final
Martes, 28 de marzo
Honduras vs. Costa Rica
En tierras norteamericana esperemos sacar un buen resultado, pero donde sí estamos obligados a hacernos respetar es en casa, cuando enfrentemos a los ticos.
El Estadio Morazán de San Pedro Sula será el escenario donde se dispute una edición más del Clásico Centroamericano.
Ahora, hagámonos una interesante pregunta:
¿Será que aprendimos la lección o se viene otro castigo?
Me refiero exactamente a nuestra participación como el jugador número 12 de la Bicolor, o sea que es una pregunta hecha para todos los aficionados que irán al inmueble “Jampadrano”.
Todos sabemos que la FIFA castigó el Estadio Olímpico por gritos homofóbicos y por la mala actitud de algunos aficionados, así que si pasa lo mismo ante Costa Rica la sanción podría ir más allá de una multa y la suspensión de un juego, algo que sinceramente sería lamentable.
“No podemos gritar la palabra culero ni tirar cosas a la cancha, hay que respetar a nuestro rival porque esto le está costando mucho dinero al fútbol de Honduras, debemos mostrar nuestra cultura y educación (…) Griten consignas en favor de Honduras u otra cosa, pero no la palabra culero”, afirmó este jueves Jorge Salomón, presidente de la Fenafuth en declaraciones compartidas por el Diario Deportivo Más.
Ahora…
¿Será que como aficionados aprendimos la lección?
Sinceramente es algo difícil de predecir; hablamos de fútbol y tanto los futbolistas como los aficionados se pueden salir de control en un abrir y cerrar de ojos, pero esperemos que lo sucedido en el Olímpico haya marcado un antecedente importante.
El Estadio Morazán está más cerca de la cancha, por lo que la presión del público se hará escuchar, ya sea para bien o para mal. Es un hecho que nosotros no somos México y no estamos en la capacidad de ponernos a pelear con la FIFA.