Encontrar a Erik Ventura no fue nada difícil. Al contrario, este muchacho es muy querido en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).
Es un joven muy divertido, cariñoso, alumno de excelencia y sobre todo un guerrero de vida, al que no importa la situación por la que está atravesando.
Para los que no conocen de Erik, él es el estudiante de Lenguas Extranjeras que padece de un grave problema de vista.
Tiene 27 años y lleva cuatro años y medio Lenguas Extranjeras a pesar de que solo cuenta con el 40 por ciento de su vista.
“Al nacer me cayó todo el líquido amniótico en los ojos y eso me causó un daño irreparable”, cuenta Ventura.
Pero la trágica historia no queda ahí. Su madre murió instantáneamente quedándose huérfanos él y sus 13 hermanos. Eran una familia de escasos recursos y su papá no le quedó de otra que regalarlos a todos.
“Mi papá no sabía qué hacer con todos nosotros y tomó la difícil decisión de regalarnos, ninguna familia se iba a hacer cargo de 14 niños, así que quedamos desperdigados, por esa razón yo tengo hermanos en El Salvador, Nicaragua, Estados Unidos, España, otros están en el sur”, dice.
Una señora llamada Luisa lo protegió, cuidó y amó como su más grande joya. Es precisamente ella quien le detecta sus problemas de la vista.
Lo llevó al doctor y éste les dijo que solo tenía el 40 por ciento de vista.
A pesar de eso, Erik se desarrolló como un niño normal y llegó así a la U y está a punto de culminarla. Claro, con un sacrificio enorme.
Él graba sus clases, porque le es imposible ver la pizarra y hace sus tareas con letra tamaño 25. Lo bueno es que siempre ha tenido el apoyo de compañeros.
Así lo aseguró: “Dios siempre me ha puesto ángeles en el camino, como mis compañeros y mis maestros, aunque hay unos que solo me ayudan a media, pero me ayudan eso es lo importante”.
La enfermedad de Erik no es progresiva y siempre tendrá el 40 por ciento de su vista aunque cabe la posibilidad de una operación, pero con un alto grado de peligrosidad.
Este es un claro ejemplo que no nos debemos poner límites. Si él puede, usted y yo también. Después de la entrevista nos fuimos a tomar una granita y en medio de la plática me dijo que me tenía que dejar porque iba para la iglesia ya que él toca seis instrumentos y sirve en danza hebrea.
Sin duda este muchacho es un CRACK.
Fotos: EL OSO MONTERO