Extrañábamos la Champions League ¿Verdad? Al menos a mí me gusta muchísimo ver todos los partidos por el nivel, se corre de principio a fin, es un fútbol fluido, casi no se detiene el balón y los jugadores se entregan al máximo por conseguir el resultado.
Fue una fiesta, día de los enamorados, de San Valentín, de dar amor, de demostrar a sus amigos cuánto se les quiere. También el Paris Saint Germain le quebró los trastes al Barcelona.
La guerra de comentarios en redes sociales fue feroz, unos defendiendo al “Todopoderoso” Barcelona y otros burlándose a más no poder de esos cuatro goles que se comieron en casa del PSG.
Sin embargo, después de leer tanto en las redes pude concluir que ahora resulta pecado c#garse de la risa del poderoso Barcelona porque se llevaron la paliza de la vida, para el aficionado culé es moralmente incorrecto burlarse de ellos.
Pero cuando pierde el Madrid, estos aficionados posan, lloran de la felicidad, hacen un video y lo suben a las redes sociales.
Esto es solo fútbol y cualquiera puede perder de manera escandalosa, sucede que ser agrandado no funciona, o creer que por tener a Messi, Suárez y Neymar son prácticamente invencibles. Lejos de ser estrellas del deporte más hermoso del mundo también son humanos y se les puede golear en una noche como la de ayer en Europa.
Messi no apareció nunca, los demás no sabían a qué jugaban y Luis Enrique, perdido, no sabía qué hacer ante el desastre y se puso a inventar. Este resultado al más alto nivel saca a directores técnicos a ver qué pasa en las próximas horas.
Para los aficionados, mucha paciencia.
Hoy me reí por ti, mañana te podes reír de mí… ¡La idea es esa!