Voy a comenzar esta columna con la petición que hizo este martes el abogado defensor del doctor Mario Zelaya, uno de los principales señalados por el escándalo del Seguro Social, donde se robaron millones y millones de Lempiras.
“Solicitaremos que el doctor Zelaya cumpla parte de su condena realizando ‘GRATUITAMENTE’ consultas en algún centro hospitalario público del país (…) Apelamos a las autoridades hondureñas analizar, desde el ‘punto de vista lógico y humano’, si es más importante que Zelaya, uno de los mejores médicos ortopedas del país, trabaje gratuitamente en el Hospital Escuela Universitario o esté recluido en una cárcel”.
Es ahí donde yo me pregunto:
¿Será que ya no existe la vergüenza en este país?
No es posible que pretendan maquillar la culpabilidad de este señor en el mayor acto de corrupción de la historia de nuestro país, como es el del caso del Seguro Social, del cual Mario Zelaya es acusado por el millonario desfalco en esa institución.
De las palabras de su abogado yo interpretaría que ahora quiere que encendamos una vela, que le aplaudamos al señor o algo así… ¡Por favor!
No pretendan vernos la cara de pendejos a todos, puede ser que Mario Zelaya haya sido el “muy, muy”, buen doctor en sus tiempos y todo lo que quieran, pero unas cuantas consultas “gratis” no van compensar millones y millones de Lempiras desaparecidos, y lo peor de todo las vidas perdidas por falta de medicamentos.
La verdad es que debería darles pena mencionar frases como: “Analizar desde el ‘punto de vista lógico y humano”, bueno, desde ese punto de vista Mario Zelaya nunca debió de involucrarse en este polémico asunto y debió enfocarse únicamente en ser un buen médico.
Desde el “punto de vista lógico y humano” el dinero del Seguro Social nunca se debió tocar para otras cosas; desde el “punto de vista lógico y humano” ningún catracho debió morir por falta de medicamentos.
Desde el punto de vista lógico y humano nunca las vidas perdidas podrán ser compensadas por “consultas gratis”, así que esperemos que las autoridades correspondientes hagan caso omiso a este petición casi sin sentido.