No tiene ni cinco horas de ser el Presidente 45 de los Estados Unidos y Donald Trump ya cambió la ley sobre el destino de los inmigrantes que tengan antecedentes penales por delitos violentos.
No era cuento de campaña, realmente devolverá a sus países de origen a millones de personas con este tipo de delitos.
El pronunciamiento de la Casa Blanca es oficial. No andarán con pajas. Nos van a mandar muchísimos catrachos que tienen delitos violentos en su historial. ¿Estamos listos para recibirlos? La verdad es que no. No podemos ni con la delincuencia que tenemos, menos que vamos a poder recibiendo hondureños que fueron a cometer actos delictivos violentos a la poderosa nación del norte.
Parte del comunicado oficial de la Casa Blanca dice así: “Apoyar el fortalecimiento de la ley también supone deportar a los inmigrantes ilegales que tengan antecedentes penales por delitos violentos que se han quedado en el país”.
Además señala que el Presidente Trump está comprometido con construir un muro fronterizo para detener la inmigración ilegal, para detener a las pandillas y a la violencia y para detener las drogas que infestan nuestras comunidades.
La primera obligación del gobierno de Donald Trump es mantener a las vidas inocentes seguras.
¿Y si nos prestan las cárceles de por allá? Aquí ya no caben en ningún centro penal.
¡Buena noticia para los estadounidenses, mala para nosotros!