Este lunes simplemente cayó la gota que derramó el vaso…
Cuando parecía casi un hecho que el mediocampista belga Axel Witsel llegara a la Juventus de la Serie A en Italia todo da un giro inesperado, esto gracias al ahora popular pero poco conocido fútbol chino, donde se ha invertido de una manera simplemente increíble.
En pocas palabras: Witsel dejó vestida y alborotada a la “Vecchia Signora”, todo ello por el dinero.
Cuando jugaba en el Zenit de San Petersburgo en Rusia su salario rondaba los 3 millones de euros, y aunque parezca una locura es una realidad que ahora pasará a cobrar casi 16 millones de euros al año, o sea, unos 37 euros por minuto.
Vaya, para que nos pongamos en contexto… Witsel ganará 910 Lempiras por minuto, lo que equivale a 15 Lempiras por segundo… Como dirían los mexicanos: “¡No manches!”.
Entonces…
¡¿Qué onda con el fútbol chino?!
Lo interesante de todo es que el caso de Witsel solo es uno más, pues se convertirá en uno de los jugadores mejor pagados del planeta en la liga china, que ha golpe de talonario también ha firmado recientemente a futbolistas como el argentino Carlos Tévez (Ahora el jugador mejor pagado de la historia), los brasileños Oscar y Hulk o el colombiano Jackson Martínez.
Quieran o no este tipo de fichajes han causado la indignación de muchos aficionados al rededor del mundo, ya que se considera que estos grandes jugadores de una u otra manera le ponen un alto a su carrera, esto por llegar a un país que no es potencia dentro del fútbol.
China apenas ha participado en una Copa del Mundo (Corea y Japón 2002), nunca ha ganado una Copa Asiática y a duras penas ha logrado que sus equipos ganen en tres ocasiones la Liga de Campeones de Asia, dejando claro que no son una potencia en su zona, y obviamente a nivel internacional.
¿Acaso China está dañando el fútbol mundial?
Apenas ayer estaba seguro de ello, pero después de una larga investigación he cambiado un poco mi percepción, a tal punto de crear en mi mente una nueva Muralla China, solo que en este caso es la Muralla China del Fútbol.
En las afueras de dicha Muralla todos piensan que los chinos están generando un daño en el balompié mundial, sin embargo atrás de la misma la percepción es diferente, pues para ellos todo forma parte de un proceso, teniendo como principal objetivo ser protagonistas de este bello deporte.
Se habla de los fichajes locos y todo lo que quieran, pero muchos desconocen aspectos importantes, como por ejemplo que:
- Los equipos chinos tienen un máximo de cuatro fichajes extranjeros.
- En el campo cada equipo solo tiene permitido tener a tres extranjeros jugando.
- Cada club está obligado a que su portero sea de nacionalidad china.
Dicha normativa nos muestra que en China tienen una meta, quieren una revolución en el mundo con el balón en sus pies, algo que no se consigue únicamente con el uso de la chequera, sino también en base a trabajo y dedicación, es por ello que están invirtiendo fuertemente en campos, escuelas de fútbol y directores técnicos capacitados.
Toda esta lucha futbolera ha tomado gran relevancia gracias al presidente del país, Xi Jinping, quien simplemente es un apasionado más de este bello deporte, tal y como somos la mayoría de hondureños, es por eso que junto a la Federación local de fútbol han presentado un plan a futuro… ¡En el 2050 quieren ser protagonistas!
El objetivo es convertir a China en una “superpotencia mundial de fútbol”, y para ello quieren que 50 millones de niños y adultos estén practicando el deporte en 2020, así que llevan a grandes estrellas con el objetivo de “enamorar”, algo que desde ningún ángulo puede ser tomado como una locura.
De momento todo forma parte de un proceso que definitivamente será difícil de cumplir, pero créanme, por algo se empieza.
En China el entorno en cuanto a fútbol es algo complicado, imagínense que en el 2013, 33 jugadores y dirigentes fueron sancionados por arreglo de partidos, así que podríamos decir que se están levantando de un duro golpe, buscando regresar de la mejor manera posible.
Han hecho de todo para limpiar las estructuras y ahora piensan en el futuro, apoyándose en su más grande aliado de momento: el dinero… Cuando la vida te da limones, hay que hacer limonada.